El macabro suceso ocurrió cerca del zoológico que al ser descubierto sacudió a la ciudad de Quito.
Ese cuerpo lo descubrió el guardia Floresmilo Bolaños quien se topó
con un horror indescriptible con el cuerpo mutilado de Iván Egas que era estudiante
universitario de 23 años y yacía dentro de la jaula de leones.
La escena era dantesca, en que felinos devoraban el cadáver del
estudiante, las crías esperaban su turno y una hembra jugueteaba con un zapato
de la víctima en la boca.
Autoridades atribuyeron la muerte a un trágico suicidio porque
creían el joven habría ingresado a la jaula en un estado de embriaguez y
depresión, siendo atacado por leones.
Pero, testimonios en la comunidad apuntaban hacia un oscuro complot
de asesinato.
La historia copó titulares de diarios locales y se viralizó en X antiguo
Twitter.
David Revelo, un usuario que elabora hilos sobre crímenes, historias
impactantes, investigó archivos hemerográficos del país para reconstruir el
suceso.
Revelo indicó elaboró hilos, gusta escribir, reconoce historias están
enmarcadas en problemas de fondo más fuertes, atemporales, cosas cíclicas que
pasan sin importar la sociedad ni la época.
No obstante, la impunidad, abuso de poder, muerte en sí misma, dolor, alegría,
cosas universales son lo que me gusta resaltar en lo que cuento.
El matrimonio Larenas, autores del asesinato surgieron rumores del
crimen vinculando al teniente Pedro Larenas, quien había planeado la muerte de
Egas debido a una presunta relación con su esposa, Lilia Larenas.
Testimonios indicaban que Larenas había utilizado recursos militares
para seguir a Egas la noche de su muerte, en un intento de venganza celosa.
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