Por: Marcelo Peralta
Santiago, R.D.-La República Dominicana se encamina
a su desplazamiento por las masivas, descontroladas migraciones, indiferencia
de autoridades, ambición desmedida de comerciantes, que lo único importante son
para ellos las mercancías que pregonan.
Paso a paso la patria de Juan Pablo Duarte va
perdiendo la soberanía, basado en programas trazados por organismos internacionales,
aplicación de sistemas para socavar la República Dominicana y hacerla desaparecer
de la faz de la tierra.
La dramática situación llevará a miles de
dominicanos a perder su identidad, derecho a servicios básicos, a la salud,
formación humana, porque leyes, hábitos y costumbres desaparecerán y el control
absoluto descansará en el control haitiano.
A grupos de comerciantes radicados en el país, regiones
Cibao, noroeste y fronterizo con Haití
lo único que importa es acumular altas sumas de dinero vendiendo mercancías,
contratando manos de obra haitianas, mujeres haciendo servicios en el hogar.
Esos ambiciosos jamás defienden la patria que nos
legaron Juan Pablo Duarte, Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez, sino
llenarse sus bolsillos de dinero mediante el comercio dominicano y haitiano.
Las reacciones son evidentes cuando desde el
gobierno se dispone el cierre de la frontera porque la Patria está en peligro,
en que comerciantes abogan por la venta de productos, aunque, el país de hunda.
A cada rato se va perdiendo la idiosincrasia,
identidad suplantada por la transculturación, crece la migración.
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