Por Marcelo Peralta
Santiago Rodríguez, R.D.- La
inercia de autoridades en gestionar la construcción edificios que aloje la UASD
tras 40 años de seca podría sucumbir por el torpedeo de sectores políticos y poderosos
de instalar la extensión de una universidad privada.
La falta de voluntad política,
desgano de quienes dirigen entidades empresariales, barriales, sindicales, comerciales,
industriales, parece que es una cultura que ha venido creciendo en detrimento
de la sociedad.
Parece que se carece en
Santiago Rodríguez de voluntad de respeto y lucha para exigir derechos sociales,
conquistas responsables, establecer políticas públicas, de desarrollo, donde no
se ve acción colectiva y los programas positivos se esfuman de la provincia.
Santiago Rodríguez no puede seguir
siendo la cenicienta del país, debido a las debilidades de los núcleos de
desarrollo en la zona,
El porvenir de esta provincia
no es nada agradable ni halagüeño porque los núcleos de lucha sociales están desintegrados
y se convierten en una especie de pandemia.
Para lograr conquistas a
favor del pueblo habría que esperar que el presidente Luis Abinader se convierta
en una especie de “mago” y adivine que en Santiago Rodríguez llevan 40 años solicitando
edificaciones para la UASD.
Sin embargo, debido a la
falta de voluntad política, el proyecto educativo superior en Santiago
Rodríguez se “borra en el horizonte”.
Debido a la dejadez para construir
edificios de educación superior se va borrando en las mentes lo importante de
los estudios superiores en los jóvenes y se adhieren a sectores que anhelan el
oscurantismo, manipular y engañar a la
sociedad.
En la provincia Santiago
Rodríguez existen autoridades apostando para que el proyecto de construir edificios
para la universidad más antigua del Nuevo Mundo se ponga más viejo, que luzca
cansado, que nadie luche, quede inconcluso y bloqueado.
Así ellos lograrían los objetivos,
se concretice sin obstáculos instalar la extensión de la universidad privada.
Sin embargo, la construcción de
edificios para la UASD tiene que ser una realidad si el pueblo se une, lucha, crea
planes, forma comisiones, comunica al presidente Luis Abinader la impostergable
necesidad de consumar ese proyecto.
Si la sociedad sigue dormida tras
40 años de espera, se enmaraña más que el grupo de poder político y económico
instalen la extensión de una universidad privada que se planea.
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