Por Marcelo Peralta
Nadie pensó que el revolucionario
Daniel Ortega se convertiría ahora como presidente de Managua, Nicaragua en un
conspiranoico.
La revolución sandinista
ilusionó a muchos en Latinoamérica cuando Daniel Ortega llegó a la presidencia
y hoy se desilusionó.
Millares de gentes salieron a
países de América Latina a recoger café, cortar caña de azúcar para recolectar
dinero para aportar a la revolución en Nicaragua y sacar del poder a Anastacio
Somoza.
Otros, tratando de buscar conciencia
se internaron en los campos a alfabetizar y conquistar a los campesinos para
sumarse a la lucha contra Somoza organizada por el Frente Sandinista para la
Liberación de Nicaragua.
Pero las travesuras del hoy presidente
nicaragüense Daniel Ortega desperdició la solidaridad.
En la actualidad hay cinco
candidatos presidenciales detenidos por orden del dictador Daniel Ortega.
Allí ningún periodista
crítico tiene derecho a vivir en Nicaragua, como ha ocurrido con Carlos
Fernando Chamorro.
Unos 59 países han firmado
una declaración conjunta para reclamar la celebración de comicios libres en
Nicaragua y liberar a los líderes opositores mantenidos arbitrariamente bajo
prisión.
Los mandatarios reunido en
Ginebra, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU condenó la violación a los
derechos humanos en la patria de Rubén Darío.
Será Daniel Ortega el reencarnado
del dictador presidente nicaragüense Anastacio Somoza Debayle.
En los últimos años, Daniel
Ortega se ha convertido en el gobernante despótico, intolerante, jactancioso,
megalómano, maligno y perverso.
Ahora, el mandatario
representa la perniciosa encarnación de Somoza, que instaló en Managua,
Nicaragua la dinastía más represiva, que por décadas sojuzgó a ese humilde pueblo
nica.
Es un país soberano centroamericano
que los Somoza lo convirtieron en “sangre” y la historia la repite ahora con el
presidente Daniel Ortega apresando y maltratado “ideas”.
Este presidente ha trazado un
camino muy peligroso, que podría costarle hasta la vida y ocasionar sangre de un
pueblo oprimido.
El pérfido gobernante con la
actitud de estar apresando a candidatos presidenciales se encamina a un
dictador de perfiles peligrosos.
Fue un simulador, ataviado de
comandante revolucionario como miembro del Frente Sandinista para la Liberación
de Nicaragua.
Radicado en el poder, Daniel
Ortega se despojó de un traje que no le quedaba bien.
Ahora, el mandatario es lo
mismo de Anastacio Somoza.
Nadie esperaba que Ortega que
luchó contra la dictadura de Anastasio Somoza Debayle.
Ortega, ahora implanta una
dinastía peor como la que instaló la nefasta familia Somoza que llenó de sangre
a ese pueblo.
Somoza ejerció el poder sin
pudor, rubor, hizo de Nicaragua un feudo particular.
Gobernó con manos de hierro y
al ser derrocado huyó a Asunción, capital de Paraguay donde disfrutaba de placeres
a granel.
Un día no esperado, Anastacio
Somoza Debayle se paseaba por una de calles céntricas de Asunción en su
flamante carro marca Mercedes Benz, blanco voló, por los aires solo quedando
polvo, cuando un certero bazucazo impactó el aparato.
Desde mismo instante todo lo
que era de Somoza quedó atrás.
Sus banales poderes, dinero,
carro lujoso, suntuosas viviendas y vestimentas costosas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario