Cuando hay programación de agua todos tienen menos yo.
Por
Marcelo Peralta
Tiempo
atrás, quedé perplejo cuando un funcionario del gobierno del “cambio” que se
brincó del PRM al PRM twituió vanagloriándose que al Estado se va a servirse no
a servir.
El
servidor público reaccionó y respondió a la inquietud del presidente Luis
Abinader quien mediante un twitui hizo saber que al Estado se va a servir.
Pero,
la osodía de ese funcionario con sede en Santiago fue lejos y le contentó al
presidente Luis Abinader que al Estado se iba a servirse, no a servir.
En
la actualidad ostenta un cargo que el traje le queda grande, no es de su
investidura y usurpa funciones.
Hoy
miércoles en un reclamo que formulé por las redes sociales, porque ya no tengo
otra vía cómo, dónde, con quién y la única vía que tengo es la comunicación
electrónica.
Critiqué
el irrespeto que he recibido de Coraasan que hicieron hace meses unos trabajos
en el edificio donde Dios me permite vivir, socavaron y dañaron la acometida de
mi contrato 01225522.
Porque
le tengo respeto conservaré la identidad de esa persona, aunque me sorprende
que en vez de ofrecerse a servir de canal y resolver ese problema, y rechazo
las fricciones me escribió: viniendo de un periodista de tanta experiencia y
vínculos, ese escrito era innecesario y no aporta nada a la solución.
Me
sugirió darle seguimiento a la solución colectiva que está buscando esa institución
-CORAASAN- y sus autoridades.
A
ese amigo que respeto: Ahí le concedo razón, porque no es él que tiene el problema,
sino que soy yo que lo padece.
Cinco
que bloquearon la acometida que bombea agua a mí apartamento.
Somos
16 familias viviendo en este edificio.
Por diversas razones el único afectado son yo.
A
pesar de esas fallas he continuado pagando la factura.
En
busca de una salida sin traumas hablé por teléfono con Andrés Burgos que es el
gerente general de Coraasan.
Como
persona lo valoro, sin embargo a la persona donde me envió, al parecer no tiene
poder de persuación.
Dejé
mi número de teléfono para avisarme el día que vinieran y nunca recibí una
llamada.
Reporté
la situación a Servicio al Cliente y me dieron la canalización número 719686;
720734 y la más reciente es la número 721493 acompañadas del número de mi
celular y nunca recibí, ni siquiera por delicadeza una notificación.
El gua es un servicio vital
para la vida.
He
sido paciente.
Salgo
del apartamento no hay agua.
Regreso
y se toca la misma música.
Me
acuesto y despierto con un boleto de cogiéndolo suave.
Nunca
quise herir susceptibilidades.
Pero,
tanto da la gota sobre la piedra que hace hoyos.
Cinco
meses sin agua a pesar de que los equipos de la oficina de Nibaje está a 3 mil
metros de donde vivo.
A
los restantes 15 apartamentos llega agua.
¿Y
por qué a mí no me llega como era antes de hacer esa chapucería?
Me
crie en un hogar de principios con bases morales.
Fomentaron
en ese hogar pequeño, con respeto, solidaridad y convivencia humana.
Amante
de la paz y la armonía.
Ayudo
al que necesito.
Me
enseñaron a pagar los servicios para tener derecho al reclamo, haciéndolo con
altura y lo he hecho.
He
soportado escasez y hambre por la falta de agua.
He
tenido que reciclar agua del lavamanos a ser usada en el sanitario.
Hace
meses que no he podido lavar ni si quiera un pantaloncito.
Esa
cuestión no sucedía ocho meses atrás sino ocurre desde que la brigada de Coraasan
hizo la chapucería.
Confieso
que se me acabó la paciencia.
Si
antes del viernes 18 del mes de junio del año 2021 Coraasan no solucionan de
una vez y para siempre esa cuestión, en la próxima semana me amarraré con alambres de púas en las paredes de
Coraasan.
La
desesperación es parte del fracaso, sin embargo, es que ya no soporto este más.
De
lo que me suceda Andrés Burgos gerente de Coraasan será el culpado.
Me
importa perder la amistad de un amigo.
Con
mi salud y mi paz interior que nadie abuse.
Fuerzas,
palabras ni moral me faltan para escribir contra quien sea, porque de eso tengo
y me sobra.
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