Hueco de la tragedia mortal que se ha tragado 226 personas

Hasta ver este hoyo en periodico da grima,

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El ángel de la gobernadora de Montecristi, Nelsy Cruz evitó que la cantidad de muertos en la tragedia de la discoteca Jet Set, sea mayor. Ya hay 226 con la muerte de un costarricense en el Hospital Marcelino Vélez Santana.

Por Marcelo Peralta

El Jet Set icono de la vida nocturna dominicana es el escenario de la tragedia que deja 222 muertos con el deceso la tarde de este sábado de un costarricense, 186 heridos y una indeterminada cantidad de hospitalizados.

Este accidente mortal en que perdieron la vida 226 personas de las 32 provincias, el Distrito Nacional, del extranjero y dominicanas que residen en España y estaban de vacaciones en el país.

Hubo la pérdida humana en esa tragedia de parejas con apellidos de abolengo de República Dominicana.

Ese trágico suceso conmocionó al mundo, perdieron la vida la gobernadora de Montecristi, Nelsy Cruz, quien herida de gravedad, tuvo valor, coraje  de llamar al presidente, Luis Abinader a decir la ocurrencia de esa tragedia y aplicar las medidas de emergencia.

De ese ángel de la señora Nelsy Cruz de hacer esa alerta, el número de víctimas fatales sería mayor de los 226 muertos y 186 heridos.

Insisto, la llamada de la gobernadora Nelsy Cruz que esperamos esté en el lugar privilegiado allá en el Universo, fue clave y porque, entonces había que esperar órdenes superiores y equipos de emergencias llegarán gota a gota.

Aunque así pasó de impactante este accidente, transcurre y gira la vida en el globo terrenal.

En el hueco que dejó el desplome de ese techo, así se configura  el ambiente de millones de familias dominicanas.

Aunque es condenable la apatía de las autoridades, que a pesar de las quejas de vecinos la respuesta siempre fue de indiferencia.

Desde el gobierno ya debería haber respuestas en los ministerios de Medio Ambiente; Salud Pública; Policía, Interior y Policía y esos organismos estatales inoperables, dirigidos por funcionarios parásitos, que se creen dueños de República Dominicana.

Las víctimas y quienes siguen batallando por sus vidas, son esencia vivientes de ese maldito, hueco originado por la pérdida del techo y la falla del equilibrio.