La procuradora, el déficit de producción y comercial con China
El Mirador
Por Luis Céspedes Peña
La procuradora general de la República, la
santiaguera Yeni Berenice Reynoso, designada por el Consejo Nacional de la
Magistratura, que dirige el Presidente Luis Abinader, en Febrero de este año, declaró
que su trabajo se desarrollará para llevar la impunidad en sus funciones a
cero, lo creó muchos cuestionamientos, especialmente porque las anteriores
autoridades, más que dedicarse a disponer investigaciones colectivas para
aclarar hechos criminales, de tránsitos u otros, se concentraron en someter a
la Justicia algunos casos con características políticas, buscando dinero de
supuestos fraudes.
¡No nos oponemos a que el Estado recupere el dinero
que se le roba, de uno u otro lado de la política! Lo que estamos haciendo es
decirle a la eficiente procuradora general de la República, que en su Provincia
(Santiago de los Caballeros), hay veintenas de casos criminales, de tránsitos y
otros que llevan años en la impunidad, por complicidad de funcionarios de la
Justicia con los responsables de esos hechos o por negligencia.
Entre esos hechos, está la muerte de mi hijo, Luis
Norberto Céspedes Vega, muerto por un camión dentro de un establecimiento
comercial en Tamboril, en Noviembre del 2022, y que a pesar de las pruebas
documentadas que tenemos sus familiares, la Justicia de Santiago mantiene
engavetado el expediente, sin hacer las debidas investigaciones. ¡Ese, como
otros, es un hecho de impunidad, señora procuradora!
Es importante que nuestros lectores sepan que todos
los fiscales son designados por el Consejo del Ministerio Público, que dirige
la procuradora general de la República, lo que en pocas palabras, hay que
señalar que todos son nombrados por el Presidente del país. ¡Lo bueno y lo malo
que hagan estos funcionarios, se le carga al Presidente de la nación!
Los
efectos de la disminución del PBI
El déficit de producción de la República
Dominicana, no sólo de alimentos, sino de la mayoría de artículos que
consumimos, está aumentando, de manera acelerada, la disminución del Producto
Bruto Interno (PBI), generando de esa manera un drástico aumento de las
importaciones, como ocurrió en los últimos cinco años, provocando un descenso
en las compras al mercado norteamericano y un desequilibrado intercambio
comercial con China.
Del 2020, cuando comenzó el gobierno del Presidente
Luis Abinader, a Agosto de este 2025, bajo la dirección del actual jefe de
Estado, el aumento del intercambio comercial total entre estos dos últimos países
(China y R.D.), fue de 25 mil 983 millones de dólares.
De esa cantidad, la República Dominicana le compró
productos a China equivalente al 92.4%, por un valor de 23 mil 300 millones de
dólares y nuestro país le vendió artículos por un total de 1, 800 millones de
la misma moneda, estimado en 7.6 por ciento.
O sea, que en esos cinco años China le vendió a
República Dominicana productos que provocaron un déficit comercial de 22 mil
322 millones de dólares. Se puede decir, sin lugar a equivocación, que con ese
tipo de intercambio comercial, la República Dominicana es un depósito de
productos chinos.
La pegunta es: ¿Pero se están favoreciendo los
consumidores con las importaciones chinas? La respuesta es que no. El problema
está en la disminución del PBI.
En general, las importaciones, si son superiores a
las exportaciones, desequilibran la economía, que es lo que está sucediendo en
nuestra nación. Es fundamental decir que las importaciones que hace R.D. desde
Estados Unidos son más favorables, porque desde ese país también llegan muchas
ayudas a favor del desarrollo del país.
Del 2020 a la fecha, todos los productos, importados
o no, aumentaron de precios. En algunos casos, se multiplicaron hasta en ocho.
Ejemplo, el ají pimentón, que en el 2020 costaba 5 pesos y hoy vale 40.
Un guineo costaba 50 centavos. Hoy cuesta entre
cinco y seis pesos en los supermercados. Un plátano normal costaba entre siete
y ocho pesos, pero hoy vale desde 17 a 25, dependiendo del supermercado. Los
precios de los materiales para la construcción, repuestos para vehículos y
todos los de consumo diario, se multiplicaron inmensamente.
Pero escribiendo de los productos importados, éstos
son los principales enemigos de los productores nacionales, los cuales tienen
que vender basado en los precios del mercado, en virtud de que tienen que
comprar a altos costos las materias primas o el servicio de trabajadores,
agregándole los equipos mecanizados.
La producción agropecuaria, en este gobierno, es un
total fracaso. Y como es un fracaso, el país tiene menos que exportar y
paulatinamente seguir dependiendo de las importaciones, que entre de más lejos
de hacen, mayor es la inversión de dólares que tiene que hacer el país, no para
favorecer a los consumidores, sino a los sectores que se dedican a ese negocio.
Pero las importaciones desequilibradas que está
haciendo el país con China, también le está generando un problema político al
régimen del Presidente Luis Abinader, como es la inconformidad que ya está
expresando el poderoso gobierno de Estados Unidos, donde viven más de dos
millones de dominicanos, los cuales son grandes sostenedores de la economía
dominicana.
Éstos lo
hacen a través del envío de millones y millones de dólares para ser invertidos
en el país o para resolverles problemas a sus familiares.
En China u otros países del Asia, la presencia
dominicana es muy mínima, debido a los problemas de idiomas o por la lejanía.
China ya tiene un sólido segundo lugar en materia de sus exportaciones a
República Dominicana, lo que está molestando al principal socio comercial y social
de los dominicanos, que es Estados Unidos.
El Presidente Abinader debe “sacudirse” de algunos
de sus funcionarios, los cuales en lo que menos piensan es en que el PRM se
mantengan en el poder, sino recibir más millones de pesos y dólares. Debemos
recordarle al señor Presidente de la República, que el principal reto de su
gobierno debe ser el rápido mejoramiento de la producción de alimentos,
especialmente del sector agropecuario, equilibrando los precios entre
productores y consumidores.
¡Gracias por leernos!
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