Encabezados por Stephen Frost y Lissa Johnson, los
signatarios, procedentes de 18 países, urgen a los Gobiernos del Reino Unido y
Australia a "acabar con la
tortura" que supone no atender médicamente al
informático, cuya salud se
está deteriorando.
El periodista australiano, de 48 años, está detenido en
Belmarsh a la espera de que el 24 de febrero empiece un juicio de extradición solicitada por Estados
Unidos, que le reclama por la difusión de cables diplomáticos confidenciales en
el año 2010.
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