Por Anabel Gómez Salvador
El equipo de seguridad de la Princesa Leonor, cada vez más al límite por el exigente ritmo de la heredera, que en muchas ocasiones resulta imposible cumplir con rigor su seguridad.
Según ha revelado ‘Monarquía Confidencial’, el equipo encargado de proteger a la hija mayor de los reyes comienza a mostrar señales de agotamiento.
La princesa Leonor siempre ha sido, desde su nacimiento, uno de los miembros más observados de la Casa Real española.
Desde que juró la Constitución en octubre de 2023, su exposición y protagonismo ha ido in crescendo hasta llevar al límite a quienes la protegen.
La formación militar de la heredera al trono, quien actualmente está en República Dominicana, tras viajar en el buque escuela Juan Sebastián Elcano, en que dificulta la tarea a cada uno de los escoltas que la acompañan.
Esto mismo, es lo que ha revelado Monarquía Confidencial este lunes, un medio especializado que ha podido contactar con el entorno de la Zarzuela, desde donde aseguran que el equipo encargado de proteger a la hija mayor de los reyes comienza a mostrar señales de agotamiento.
Los frecuentes desplazamientos, dentro y fuera del país, sumados a su paso por las academias militares, presencia en actos oficiales, han elevado el nivel de exigencia al máximo.
Su polémico paso por Chile.
El pasado 18 de marzo, el buque escuela Juan Sebastián Elcano realizó una parada técnica no programada en Punta Arenas, Chile.
Esta escala, previa a su llegada a Valparaíso, no formaba parte de una agenda institucional, lo que permitió a los guardiamarinas, incluida la heredera al trono, disfrutar de cierto tiempo libre.
Dos días más tarde, Leonor aprovechó la jornada de descanso para visitar un centro comercial en la ciudad.
Su presencia en el lugar fue grabada por las cámaras de seguridad del establecimiento, las imágenes terminaron publicadas en un medio chileno.
Según determinaron desde la Zarzuela, la difusión de estas grabaciones, obtenidas y entregadas sin autorización por parte de personal de seguridad del recinto, constituye una vulneración grave de la normativa de protección de datos, tanto en Chile y España.
La Casa Real interpuso por primera vez una denuncia formal por la difusión de imágenes privadas de la princesa desde que Felipe VI asumió el trono.
Y es que la seguridad de la princesa no se limita únicamente a prevenir riesgos físicos, porque su equipo tiene la misión de garantizar el control absoluto de la imagen pública.
Cualquier foto captada por un teléfono móvil puede viralizarse en cuestión de minutos, cada movimiento de Leonor requiere una vigilancia milimétrica que es donde hay presión constante que convierte cada aparición en un auténtico despliegue operativo que combina discreción, tecnología y protocolos de alta seguridad.
“Hay que inspeccionar cada lugar, garantizar la seguridad en todo momento, controlar la imagen pública, desde que ocurrió lo de Chile.
Aunque no se han dado detalles oficiales por parte de la Casa de S.M. el Rey, en el entorno próximo se reconoce que la atención mediática hacia la princesa ha alcanzado niveles sin precedentes.
Las redes sociales y la curiosidad del público han convertido cualquier aparición de Leonor en una oportunidad para los medios y los usuarios, lo que obliga al personal de seguridad a estar en alerta permanente, incluso cuando la agenda no contempla actos públicos.
“No es solo protegerla de riesgos físicos, sino proteger su imagen, algo que en muchas ocasiones resulta imposible”, explica la fuente.
La conocida “Leonormanía” ha consolidado a la joven como uno de los rostros más seguidos de la monarquía europea.
Su juventud, preparación académica, militar, creciente soltura en los compromisos institucionales, han captado la atención del público, multiplicado los desafíos para su entorno de protección.
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