Es un hongo subterráneo apreciado en la alta gastronomía por su aroma intenso, sabor profundo y rareza.
La trufa negra es muy solicitada por restaurantes de alta cocina en el mundo, principalmente en Francia, España, Estados Unidos, Italia y Japón, lo que mantiene el precio alto y se puede vender entre mil y 4 mil dólares el kilo dependiendo de la calidad, frescura y demanda del mercado internacional.
En Argentina está la más grande empresa Trufas del Nuevo Mundo, ubicada en Espartillar, provincia de Buenos Aires, gestiona una plantación de 50 hectáreas con suelos cálidos y calizos ideales para el cultivo de trufas negras del Perigord.
Argentina es el país de América Latina que produce este cultivo más rentable del mundo porque se vende en 4 mil dólares el kilo.
Se destaca por ser el país que lidera la producción de un manjar gourmet codiciado en el mundo.
Desde 2020, exportan trufas a Europa y Estados Unidos.
Mientras que Chile a través de la Asociación de Truficultores, fundada en 2013, agrupa a productores y profesionales del sector.
Chile produce trufa negra, cuya calidad es comparable a las de otros países del mundo con mucha experiencia en este cultivo.
Argentina y Chile son los países de América Latina que han aprovechado sus condiciones climáticas y de suelo favorables para desarrollar esta industria, contribuyendo al crecimiento del mercado internacional de trufas negras.
Pese a la alta inversión inicial y los riesgos agronómicos, el potencial económico es grande debido a la creciente demanda mundial y la escasa oferta.
En 2025, tanto Argentina como Chile han consolidado su posición como líderes en la producción y exportación de trufa negra en América Latina, con avances significativos que reflejan el crecimiento sostenido de esta
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