Abel Lachapeller.Por Cándida Acosta
Don Abel Lachapeller de pequeño
negociante, a chofer de carro de “concho” hasta ser millonario, dueño de 34
tiendas L&R Comercial.
Ser visionario, perseverante
y emprendedor es una virtud.
La muestra es el caso de Don
Abel Lachapeller, quien después de pasar “crujías” en el campo, ser chofer de corro
de concho pasó a ser millonario y dueño hoy día de 34 tiendas en la Capital.
Sufrió vicisitudes en Piedra
Blanca, Municipio Bonao, Provincia Monseñor Alejandro Nouel en el Cibao, donde
tenía una pulpería y como hombre visionario se mudó a la capital.
Cogió un carro de concho y se
puso a dar carrera en el concho desde el sector de Herrera en la parada 9 hasta
la Juan Pablo Duarte con República de París.
Cogió de José Luis Pepín
Corripio del hábito del ahorro.
Ese comportamiento permite
que Don Abel Lachapelle sea dueño de 34 tiendas diseminadas en el país.
Ha tenido una sola mujer Aida
Serrata de la que lleva casado 50 años.
Su comienzo en los negocios fue
con un ahorro entr
e ambos cuando eran novios en
los años 1970.
Ambos ganaban 470 pesos.
Instalaron una pequeña tienda,
luego la convirtieron en farmacia bajo la administración de doña Aida Serrata
en la zona de Herrera.
Más tarde abrieron otra más
en el mismo sector de la Capital.
Don Abel Lachapeller se
dedicó a conchar en la ruta de Pintura a la avenida Juan Pablo Duarte.
A los dos años vendió el
carro de concho y compró una camioneta.
Se dedica a comprar para la
reventa ropas usadas de paca.
En 1982 ya había cerrado esos
negocios para abrir una tienda de electrodomésticos en la famosa “Esquina
Caliente, del barrio de Herrera” y hoy todos conocen como L&R Comercial.
No terminó sus estudios de
bachillerato. Cursó solo el segundo año de bachiller, porque su vocación era
los negocios.
Hizo un curso de
contabilidad, lo que le ayudó a llevar a cabo los compromisos asumidos con
mayor facilidad.
Su empresa genera hoy día más
de 800 empleos directos.
Sus inicios
L&R Comercial comenzó con
el nombre de Compraventa L&R, negocio que comenzó con la venta de abanicos
y se fue haciendo grande y llevó a Don Abel a moverse a un establecimiento
ubicado en la calle Isabel Aguiar #312 y a poner una sucursal en 1995 en la
misma zona de Herrera.
Su campo es la venta de
muebles y electrodomésticos.
“No soy nadie especial, solo
un hombre de trabajo”, afirma. Se dice seguidor de Domingo Luzón, que fue quien
le enseñó a trabajar.
También sigue las ideas de
don José Luis-Pepín- Corripio y del presidente del Banco Popular, porque cree
que ellos trabajan de manera trasparente y él siempre ha contado con su apoyo,
dice. Don Abel, tiene una extensa familia de hijos y nietos.
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