Una tragedia ocurrió en el tranquilo suburbio de Prescott, Arizona, cuando David Pagniano, de 62 años, quien secuestró a su esposa Sandra Pagniano, de 39 años, madre de sus hijas, amordazó, golpeó y enterró viva.
Hecho
ocurrido cuando estaban en proceso de divorciarse, ahora ha sido condenado a
cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional
Aunque
se estaban separando compartían la misma casa con sus dos hijas pequeñas y un
día la desapareció, dejando familiares, amigos en un estado de angustia y
desesperación.
Las
búsquedas iniciales no arrojaron resultados, la incertidumbre pesaba sobre la
comunidad; el horror se reveló al hallar el cuerpo de Sandra en una fosa cavada
a mano en una zona rural al norte de Prescott.
El
cadáver estaba maniatado y amordazado con cinta adhesiva, que describía de
manera clara el sufrimiento, violencia sometida, la oficina del médico forense
del condado confirmó el detalle más macabro de que Sandra había sido enterrada
viva.
Tenía
marcas, posición de su cuerpo indicaban que había luchado por su vida, estuvo consciente
durante unos terribles cinco minutos antes de sucumbir.
Un
plan macabro
La
relación entre David y Sandra Pagniano se había deteriorado en mayo de 2017 y
estaban en proceso de divorcio, debido a causas económicas por el bienestar de
sus dos hijas pequeñas, aún compartían la misma vivienda.
Esta
convivencia forzada, cargada de tensiones y resentimientos, se convirtió en
escenario de una tragedia.
Sandra,
una madre dedicada y cariñosa, había decidido poner fin a su matrimonio con
Pagniano.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario