La vida de los humanos en República Dominicana no vale nada.

Por Marcelo Peralta y Antonio Heredia.

Fotos Martín Almánzar.

Puerto Plata, R.D.-La vida de los seres humanos que circulan por las calles de República Dominicana está en constantes riesgos.

Ellos tienen sus razones por la intrepidez peligrosa que amenaza a los ciudadanos.

Sin importar la edad y tamaño, los criminales que se roban los espacios públicos parecen no importarle nada.

Las osadías de estos abusadores que lo que les importa es obrar sin pensar cuidadosamente las consecuencias que de ellas se deriven.

Condiciones en que se haya el estadio de béisbol José Briseño con capacidad para acoger como sede a un equipo de la pelota profesional criolla, ha sido abandonado desde hace décadas por las autoridades del Ministerio de Deportes.

Al salir a las calles se pueden apreciar los constantes abusos, amenazas a que está sometida la vida de hombres, mujeres, niños y niñas que para los promotores no les importa.

Así está la playa en el malecón en Puerto Plata.

En las fotografías captadas con el lente y la vivacidad del fotoreportero Martín Almánzar se pueden apreciar los contenidos de las imágenes.

De vergonzante se puede tildar las condiciones del viejo muelle ubicado en la ciudad turística de Puerto Plata, al Norte del país.

La intrepidez peligrosa de los ciudadanos se puede apreciar en esta fotografía tomada por Martín Almanzar en la rotonda donde se juntan las avenidas Manolo Tavárez Justo y Penetración al Muelle de esta ciudad.

En la misma, un sujeto y motorista transportan al hombro un mueble de gran tamaño a bordo de un motoconcho, no previendo el inminente riesgo que conlleva esa práctica temeraria.

Como periodista tenía una arriesgada misión de informar que enfrenta con la valentía informar a la ciudadanía, sin embargo, los violadores de las leyes y la falta de autoridades competentes de hacerlas cumplir haciéndose de la vista gorda.

Con esas actitudes, es que se cosechan los triunfos con su intrepidez en las calles y carreteras.

Otras de las actitudes negativas que traen grandes consecuencias es la cantidad de animales realengos existentes en las calles y carreteras que provocan accidentes de tránsito. 

A medida que los seres humanos van envejeciendo, la forma de pensar, de comportamiento hace que vayan cambiando, la intrepidez y las acciones se vuelven más pesarosas.