El Mirador
Por Luís Céspedes Peña
Muchos
países de Europa, así como el poderoso Estados Unidos, pusieron en práctica las
emergentes, pero equivocadas políticas neoliberales de los años 80,
las cuales crearon, ya a partir de los 90, muchas expectativas entre
gobiernos de América Latina, bajo la orientación de los más fuertes, que
decían que la privatización de las empresas de los Estados mejoraría las
economías, porque evitaba el despilfarro de dinero.
¡Pero
qué equivocados estaban y están los que siguen esa falsa
orientación! Al joven gobernante Leonel Fernández Reyna (1996-2000), le
correspondió aplicar el grueso de las políticas neoliberales, bajo una inmensa
presión de la totalidad de los gobiernos de Europa y Estados Unidos,
los cuales se impusieron con el pretexto de que no había razones
valederas para que los Estados tuvieran empresas productivas.
Pero
hay que decir que la presión de grandes Estados financieros contra Fernández
Reyna no fue un jueguito, debido a que el Fondo Monetario Internacional (FMI),
el Banco Mundial y demás instituciones financieras extranjeras,
le advirtieron al gobernante dominicano que de no
aplicar esas políticas neoliberales, ningún organismo extranjero le
prestaría un centavo a la República Dominicana. ¡Y así se impusieron los
más poderosos de la tierra!
¿Qué
Presidente joven, sin ninguna experiencia de Estado, soportaba esa presión? En
varios artículos que escribimos en 1998, le advertimos al Presidente Fernández
Reyna que no cediera a las presiones internacionales sobre el proceso de
privatización de las empresas del Estado, porque el daño sería peor que los
beneficios. ¡Y así sigue ocurriendo! Pero con esa presión, nuestra
posición era más para alentar a Fernández Reyna para que cogiera
fortaleza, no pendiente de que eso iba a suceder.
Fernández
Reyna, con todas las presiones internacionales y un sector del empresariado que
se iba a Estados Unidos a exigir presionar al gobernante dominicano con la
privatización de empresas del Estado, como ocurrió con la privatización
de parte de la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE), de
ingenios públicos y demás instituciones que integraban la Corporación
Dominicana de Empresas Estatales (CORDE), también eliminada. ¡Pero el anterior
Presidente, Joaquín Balaguer, lleno de experiencias, resistió las
presiones!
Pero
¿qué ocurrió en la mayoría de países de Europa y Estados Unidos? Que se
dieron cuenta que las políticas neoliberales eran contrarias a los intereses de
la mayoría de sus pueblos y las dejaron sin efecto, comenzando por España o
Estados Unidos, que fueron de las naciones que hicieron más presiones en
República Dominicana u otros países de América Latina.
En
todos los países que se aplicaron las políticas neoliberales, creció el
desempleo y aumentó crisis económica. Ésta fue acentuándose y en el 2008
provocó la quiebra masiva de bancos comerciales, industrias, empresas
e instituciones de diferentes géneros, especialmente en Estados Unidos,
que sabiamente promovió las firmas de Tratados de Libres Comercios
con varios países de América Latina. ¡Pero no cumplió con desmontar los
subsidios a favor de los productores, cuyo retiro sacó de competencia
a éstos y luego la quiebra de millares de ellos!
Los
productores europeos y
norteamericanos otra vez con los subsidios, sacaron de
competencia a los latinoamericanos. ¡Y así estamos! Debemos admitir que la
política de apoyo a la inversión privada desarrollada por el gobierno de Danilo
Medina fue exitosa, lo que contribuyó con el fortalecimiento de la
economía, el control equilibrado de los precios y el
mejoramiento del nivel de vida de los sectores más
necesitados. El gobierno actual debe reforzar el sector productivo para
poder enfrentar esta gran crisis, provocada por la pandemia del
coronavirus.
Pero
en la República Dominicana, el gobierno del Presidente Luís Abinader,
constituido por empresarios e inversionistas en los puestos de mandos, parece
que no resiste las presiones de los que hicieron muchas “inversiones” a favor
de su triunfo electoral, por lo que restableció las políticas neoliberales. Pero
la eliminación de instituciones haciendo el mismo trabajo, fue una
iniciativa del gobierno de Medina.
La
Comisión de Liquidación de Empresas del Estado, ya admitió que parte del
personal de la abolida Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales
(CDEEE), como otras que sufrirán la misma consecuencia, será liquidado. La
mayoría de los cancelados, como ya está sucediendo, tiene más de 50 años, por
lo que les será muy difícil reintegrarse al sistema laboral, además de quedar
sin seguro médico.
En
el gobierno de Fernández Reyna se privatizó el 51% de la CDE y ahora los
tentáculos están puestos sobre la moderna empresa generadora eléctrica Punta
Catalina, que una parte pasará al Ministerio de Energía y Minas. La
otra parte será administrada por un Fideicomiso. O sea, un grupo que a
final de la jornada se encargará de seguir con el proceso de
privatización.
Tendremos
más desempleo, más carestía en el precio de la electricidad, que ya los
campesinos no tendrán subsidios rurales, porque esa parte fue eliminada, y en
lo adelante las empresas del género, como EDENORTE, les venderá el kilo igual
que a los ricos.
Pero
la buena noticia es que la República Dominicana, con robos y más robos en el
Estado, todavía tiene suficiente resistencia para pagar las deudas. Hay
que destacar que las inversiones del gobierno del Presidente Danilo Medina
(2012-2020), básicamente en los sectores agropecuarios e industriales,
fortalecieron el sistema económico, aunque todo parece que ese gobernante se
descuidó en la vigilancia de la mayoría de altos funcionarios, en
materia de administración.
Eso
ya tiene un costo político para su persona y el PLD, aunque la totalidad de los
actuales gobernantes va por el mismo camino del
desfalco. El Presidente Abinader tiene una visión clara de lo
que significa perder el honor y está sometiendo a la Justicia a cualquier
funcionario que le robe al Estado, sin importar que eso afecte su futuro
político.
Joaquín
Balaguer creó varias Leyes de Incentivos a favor de los empresarios,
industriales y el sector agropecuario, pero no privatizó las empresas del
Estado, porque las mismas eran fuentes laborales que se sumaban a la
producción, sin importar las llamadas “botellas”. Si el éxito del gobierno es
el de no tener empresas para emplear a millares de personas, fundamentalmente
políticas, ¿dónde está el dinero ahorrado de las que ya están
privatizadas o si está invertido en otras áreas productivas?
El
Fondo Patrimonial de las Empresas Reformadas (FONPER), desmantelado por el
actual gobierno, era el que se encargaba de recibir el dinero del 49% de
la no privatización de entidades públicas, porque el 51% pasó
al sector privado. Aún con los desfalcos que supuestamente ocurrieron, era
mejor que ahora, porque con el dinero que quedaba se construían cientos
de medianas y pequeñas obras a favor de comunidades en todo el
país.
Es
importante decir que aunque no fue una política global, la primera venta de
bienes del Estado comenzó en el régimen del fallecido Presidente
Salvador Jorge Blanco, cuando en la década de los 80 vendió un lote de terreno
en Montellano, cuyo dinero fue usado para pagar una deuda pública.
¡Gracias
por leernos!
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