Jóvenes en edades productivas atribuyen el auge de la delincuencia a contacto de personas con foráneos, falta de fuentes de trabajo que ya no registre el látigo del Estado aumentando impuestos a la comida, altos alquileres de casas, apartamentos y ña flojera de autoridades,
Por Marcelo Peralta
SABANETA, Sabaneta, Santiago
Rodríguez, R.D.-El béisbol constituye una de las fuerzas y herramientas para fortalecer
vínculos familiares, competir con dignidad, combatir el auge delincuencial, las
drogas, crímenes, entre otros delitos penalizados por las leyes y ser rechazados
por las sociedades.
Sabaneta, municipio del país
que tenía menores índices delincuencial, sin embargo, últimamente se ha desatado síntomas en el auge
de robos, atracos, asaltos, existiendo la sospechada que se convierta en la “meca”
de la delincuencia de la Región Noroeste, el Cibao y la Frontera.
Tras la ocurrencia de estos hechos,
incapacidad del sistema político, económico, la sociotransculturación a que encaminan
el porvenir del país; las perspectivas actuales, devenir ameritarían para enfrentar
el auge de la delincuencia juvenil, lo más razonables e impostergable trazar planes
desde el gobierno y la intervención social.
La aparición de atracos de
madrugada contra comerciantes, asaltos, robos, tráfico, venta y consume de drogas
que se las venden en las “narices de autoridades”, hechos que se cometen a
cualquier hora del día, noche, lugares, y a pesar se observa un aumento de la
inseguridad.
La inconformidad se adueña de
ciudadanos tras el deficiente desempeño e algunas autoridades que deben
combatir los males sociales, porque para eso el pueblo paga impuestos al
gobierno, no obstante, sus perfiles, no generan confianza ciudadana.
A pesar de las contribuciones
por bienes y servicios al Estado, debido al desamparo gubernamental, se apodera
la desesperación generada por el auge delincuencial, unido al rezago y incapacidad
mostrada por algunas autoridades en la zona.
Exigen a quienes el pueblo
paga dinero enfrentar retos y desafíos que requieren con urgencia, no obstante,
un segmento de la sociedad tiene “energía negativa”, por desconfiar de algunas
autoridades a quienes se les pagan para laborar de forma eficaz y segura.
Se planea que una de las
mejores formas de combatir estos flagelos es fomentando las prácticas
deportivas, impartiendo cursos de formación humana, pero desde el Estado no actúe
en consecuencia contra la delincuencia, pese a sus desgarradores impactos, ya
que a quienes están en el poder, lo único que les interesa es el desorden, caos
y que los jóvenes caigan en cuestiones deshonestas.
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