El complejo La Barranquita, depredado y arrabalizado, ha vuelto a ocupar la atención del Ministerio de Deportes.
Durante la gestión como titular de la cartera de Jaime David Fernández Mirabal se instrumentó un expediente contra los ocupantes de terrenos del parque que se ha quedado atascado en la Fiscalía de Santiago.
Se ignoran las razones, aunque puedan intuirse, por las que el caso no se ha movido. El saliente ministro de Deportes, Danilo Díaz, no movió una paja para recuperar los terrenos apropiados por particulares de las instalaciones.
El actual ministro Francisco Camacho, quien ha asumido sus funciones con mucho brío, ha asumido el compromiso de recuperar un complejo deportivo que está prácticamente abandonado.
Ni las federaciones ni los principales dirigentes deportivos jamás se han ocupado siquiera de reclamar que se habiliten unas instalaciones que son tan útiles para las comunidades vecinas.
El complejo lo han mutilado a la vista de todos, pero nadie ha abierto la boca. Antes de saludar la decisión de Camacho de recuperar las instalaciones es mejor tomarle la palabra.
Porque tendrá que chocar con muchos intereses.
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