La denuncia la hace el gestor cultura Ramón Mesa y presidente de la Fundación Cuevas de El Pomier, quien llamó al ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Doctor Orlando Jorge Mera que intervenga antes que acaben con ese lugar histórico.
Mesa dice que la finalidad de la empresa minera es dinamitar la zona de roca caliza que está cerca a la Cueva número 4 en San Cristóbal.
Advierte que esas 50 cuevas, constituyen uno de los patrimonios arqueológicos más importantes del área del Caribe, donde hay miles de manifestaciones rupestres, pinturas y tallados, creados por los taínos en la época prehispánica.
Las mismas están en el kilómetros 7 al Norte de la ciudad de San Cristóbal, cerca del balneario La Toma, dentro de lo que hace muchos años fue la Hacienda Fundación.
Cita que este patrimonio se conoce desde 1849, gracias al reporte que hiciera el entonces Cónsul Británico en el país, Robert Shomburgk, quien le dirigió una carta al Príncipe Alberto, esposo de la Reina Victoria, publicado por la Sociedad Etnológica de Londres en 1951, convirtiéndose en el primer reporte etnológico rupestre de América.
Petroglifo en una cueva.
No fue sino hasta 1976 que el Museo del Hombre Dominicano realizó estudios
sobre estas cuevas, a raíz del escándalo creado por la osadía de los
jóvenes de la época, quienes se introdujeron en el interior de la Cueva número
4, dispuestos a que la explotaran con ellos dentro, ya que la minera habían
barrenado su techo para dinamitarla.
Nueva vez, varios jóvenes
afiliados en la Fundación Cuevas de El Pomier y en la Asociación de Guías, han
elevado su voz de alerta a través de las redes sociales, ante la amenaza de la
minería que, aprovechando el reposo de las actividades por la pandemia y la
transición del nuevo gobierno de Luis Abinader, barrenaron el piso de roca
caliza de un área muy cercana a las cuevas, poniendo en riesgo el legado
cultural prehistórico de estas cuevas.
Mesa denuncia que trabajadores y equipos pesados de la empresa Docalsa destruyeron un bosque cuyo límite está a unos 5 metros del Borne que delimita el Área de Amortiguamiento de la Reserva, para colocar una trituradora de roca caliza.
Docalsa una empresa dedicada a la explotación de roca caliza que es el material del que están estructuradas las cuevas, que triturado se convierte en agregado de construcción.
Esta empresa viene realizando sus operaciones en la zona desde la década del 60, afectando las Cuevas, la comunidad humana, la escuela Básica de El Pomier, a unos 150 metros de la minera; la Enmanuel, a menos de 50 metros de la principal cantera de explotación.
Destacada que las ondas expansivas de la dinamita empleada por la minera para la voladura de la roca caliza, puede hacer colapsar las cuevas o parte de ellas, como aconteció en el pasado con la cueva de El Puente, donde destruyó su principal petroglifo.
Funcionarios acudieron.
Ante la denuncia acudieron personalidades y funcionarios del entrante gobierno, entre ellos el Director General del Seguro Nacional de Protección Ambiental Coronel Iván Gómez y el Procurador Regional de Medio Ambiente, Rigoberto Santana y el Director Provincial del SENPA ordenaron la suspensión de los trabajos mineros en el área, hasta que se elabore un informe para ser presentado al Ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera.
Jorge Mera había manifestado en un programa de televisión ante el
cuestionamiento de los conductores del espacio, sobre los daños ocasionados por
la minería a El Pomier, que designaría una comisión que investigue el caso para
tomar las medidas de rigor.
La denuncia de la Fundación es persistente ante los abusos y amenazas de acabar con las cuevas que utilizaron los Taínos hace cientos de años para practicar rituales y refugiarse de las lluvias hoy en día constituyen una fuente de atracción para los turistas que visitan República Dominicana.
Esas cavernas, que servían de hogar para los primeros habitantes de la isla Quisqueya, contienen petroglifos y pictografías. En su interior se han encontrado muestras de arte rupestre y diferentes objetos fabricados con cerámica, piedras y otros materiales.
El espeleólogo (estudioso de las cavidades subterráneas), Domingo Abreu Collado, conoce muy bien las cavernas del país formadas por la erosión de corrientes de agua.
Estima que hay una cueva por kilómetro cuadrado, lo que significa que el país cuenta con más de 48,000 cavidades. Solo en Santo Domingo, entre las avenidas Italia y Luperón, hay 120 cuevas y todas son interesantes, sin importar el tamaño, porque tienen manifestaciones rupestres y animales, principalmente murciélagos.
Mientras que en Los Haitises hay más de 15,000 cavidades, pero la mayoría están inundadas y en proceso de formación.
“Eso importantiza las cuevas de República Dominicana y de la isla más que en otros sitios, porque es del trópico y en la zona tropical donde más vida existe”, explica Abreu Collado, quien funge como encargado de la Dirección de Áreas Protegidas del Ministerio de Medio Ambiente.
Estas cavernas están dispersas por todo el territorio nacional en Los Haitises, Parque Jaragua, Sierra de Bahoruco, Parque Cotubanamá (conocido como Parque Nacional del Este), Cordillera Septentrional y el llano costero.
En la zona central hay menos cavidades, porque las rocas no son calcificables.
Desde
San Cristóbal hasta Higüey hay varios farallones, pero hay uno que está más
cerca del mar y es el soporte más extenso de manifestaciones rupestres. “Son
175 kilómetros de una única formación y la mayoría de las cuevas tienen arte
rupestre aborigen y algunos yacimientos arqueológicos, es decir, que es la
unidad de soporte rupestre más larga que existe en todo el Caribe”.
Todas
las cuevas reciben visitantes, pero las más conocidas son las de Las
Maravillas, Los Tres Ojos, El Pomier, Cabarete y Los Haitises.
Abreu
Collado considera que las cavernas que más se proponen para visitación son las
que contienen artes rupestres, tratando de que la gente asuma que la pérdida de
la población aborigen es irreparable y que de ellos solo quedan esas
manifestaciones.
“Esa
era la forma de comunicación de los aborígenes. Esos dibujos es lo único que
los mantiene vivos. Eso queremos transmitirlo a la gente. Esto hay que
protegerlo porque de cerca de dos millones de habitantes aborígenes que habían
en la isla no nos queda ninguno”, explica el experto.
Los
Tres Ojos
La
turista argentina Julia Ojeda vio fotos del Parque Nacional Monumento de los
Tres Ojos en internet y pensó que no se lo podía perder, así que decidió
visitar el lugar con sus amigas.
El
parque está compuesto por tres lagos que se comunican. Cada uno tiene un nombre
que lo identifica: el Lago de Azufre, porque el agua posee ese elemento
químico; Las Damas, donde preferían bañarse las mujeres por ser el lugar más
discreto, y La Nevera, llamado así porque su temperatura es más baja, debido a
que no recibe la luz directa del sol.
Allí,
Rafael Bienvenido Cabrera, mejor conocido como el “Tarzán dominicano”, escala
las rocas de la cueva hasta llegar al lugar identificado con la Bandera Nacional
para luego lanzarse al agua, hazaña por la que recibe propina de los turistas.
Cabrera
tiene 69 años de edad y asegura que desde los 8 acostumbra a lanzarse de las
rocas y bañarse en los lagos. Asegura que es la única persona con la aprobación
de las autoridades para hacerlo.
“Esto
era un balneario público y el presidente (Joaquín) Balaguer lo prohibió en el
año 1968, comenzaron a construir el parque en 1970 y lo inauguraron en 1972”,
destaca.
Para
visitar el cuarto lago, denominado Los Zaramagullones, es necesario subirse a
una pequeña barca de madera, bautizada como el “Titanic Junior”. Los
interesados deben pagar RD$25 a los hombres que la mueven tirando de cuerdas.
El
lago Los Zaramagullones, que lleva ese nombre por una especie de pato que
habitaba en el lugar, está totalmente al aire libre y en él se puede observar
una gran cantidad de peces y tortugas.
“Hay
muchas tilapias, grandes y pequeñas, que son alimentadas por los turistas y
personal del Ministerio de Medio Ambiente. También está prohibido pescar”,
señala Juan Carlos Concepción, uno de los 23 guías turísticos que ofrecen sus
servicios a los grupos de visitantes por RD$1,000.
La
entrada a Los Tres Ojos tiene un valor de RD$100 para los dominicanos y RD$200
para los extranjeros.
Además,
es la cueva más visitada a nivel nacional. El año pasado, según la estadística
de la Dirección de Áreas Protegidas del Ministerio de Medio Ambiente, recibió
176,779 personas, 41,013 nacionales y 135,766 extranjeros.
Cacibajagua
del Pomier
Las
cuevas del Pomier o Borbón, localizadas en San Cristóbal, son consideradas uno
de los patrimonios más importantes de la humanidad.
Las Cuevas
del Pomier recibieron el año pasado 3,619 visitantes.
De
acuerdo con la guía turística de la cacibajagua (cueva de donde salieron los
taínos en La Española), la reserva antropológica es un Monumento Natural
Categoría III por su biodiversidad de especies endémicas, nativas y residentes,
algunas de ellas en peligro de extinción y bajo amenaza por la actividad minera
de la zona.
La
caverna tiene más de 400 metros sin iluminación y los visitantes deben caminar
por pasillos que conducen a diferentes salas.
El
Museo del Hombre Dominicano realizó un informe en 1978, donde reportó un total
de 590 pictografías y 21 petroglifos, que representan especies de animales y
escenas mágico-religiosas.
En
2002 se removió de su interior una gran cantidad del material arqueológico de
su piso y se diseñaron los corredores.
La
Asociación de Guías y la Fundación Cuevas del Pomier realizaron un inventario
del arte rupestre de la caverna en 2015. Registraron 812 pictografías y 28
petroglifos elaborados por los taínos con una mezcla de carbón vegetal y grasa
animal.
José
Corporán, presidente de la Fundación Cuevas del Pomier, asegura que la
comunidad tiene grandes necesidades, a pesar de contar con el legado cultural
más importante de los taínos.
“Tenemos
la necesidad de una protección verdadera a este entorno de las cuevas. Nuestro
interés es que el Estado ponga su mirada hacia El Pomier, tanto para la
protección como para el desarrollo ecoturístico, ya que esta comunidad, con su
patrimonio cultural, tiene un gran potencial turístico que podría ayudar al
país y a la comunidad”.
Corporán
considera que la comunidad está dispuesta a contribuir en ese sentido, ya que
San Cristóbal tiene un turismo diferente y podría explotarse el turismo
cultural.
La
comunidad del Pomier, sección Borbón, con más de 12,000 habitantes, carece de
los servicios básicos, como electricidad, agua y los caminos vecinales están en
mal estado.
Aun
así, en 2017 recibió 4,587 visitantes, 3,437 dominicanos y 1,150 extranjeros.
Mientras que el año pasado 3,619 personas visitaron el lugar, 2,696 dominicanos
y 923 extranjeros.
Corporán
destaca la importancia de las cuevas y considera que si se acondicionan para
recibir más turistas mejoraría la vida de los lugareños.
Cuevas
del Mirador
José
Ramón Arias, presidente de la Junta de Vecinos del Residencial José Contreras,
propone que se realice un recorrido por las diferentes cuevas ubicadas en el
Mirador Sur, para explicar a los visitantes que el tamaño de cada una y mostrar
las pictografías que tienen en su interior.
“Es importante que las autoridades comprendan que
puede ser utilizada como una vía turística, que puede llamarse la ruta de las
cavernas de la Cayetano Germosén y que puede ser turístico y cultural”.
Arias
manifestó su preocupación por la arrabalización que tiene la zona, debido a que
las cuevas “se han convertido en un almacén de delincuentes, mendigos y
drogadictos”.
Turismo
El
Ministerio de Turismo asegura que el país cuenta con “una cueva para todos los
gustos”, marcadas con petroglifos y pictografías que dejaron los taínos.
“Cerca
de La Romana, la Cueva de las Maravillas presume de sus cientos de pictografías
taínas, y en Cap Cana, Scape Park te lleva a descubrir los túneles de la Cueva
de Iguabonita con sus impresionantes formaciones de piedra caliza. El Parque
Nacional de Los Haitises, en Samaná, alberga cuevas a las que solo se puede
acceder por el mar y cuentan con un gran número de pictografías”.
Además,
indica que las cuevas menos visitadas, pero más impresionantes, están al
suroeste, incluyendo El Pomier y Las Caritas de los Indios, frente al Lago
Enriquillo.
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