Santiago,
R.D. La migración haitiana hacia pueblos de la Región del Cibao
sigue fluyendo de manera indetenible.
Al país entran por la
frontera de Haití hacia la República Dominicana cada día miles de
indocumentados y se quedan en pueblos de las diferentes regiones del país a
realizar labores agrícolas, algunos se dedican a la vagancia en las calles, otros a
cometer robos y asesinatos.
En pueblos, campos y
ciudades del país se esconden miles de haitianos indocumentados en donde
deforestan campos, orillas de ríos, arroyos y cañadas reduciendo sus caudales y
algunos se han secados.
Aunque en las provincias
Dajabón, Montecristi, Santiago Rodríguez y la Presidente José Desiderio
Valverde, existen los famosos controles militares, sin embargo, ciudadanos no
salen del asombro, del por qué hay millares de haitianos y haitianas de todas
las edades y condiciones vagando por las calles.
A pesar de que los
indocumentados son vistos por miembros de los organismos de seguridad del
Estado, éstos circulan de manera impune sin ser detenidos por las autoridades
ni investigados respecto a su estatus en República Dominicana.
También, junto a los
haitianos existen ciudadanos de otros países que invaden calles, aceras,
esquinas y negocios molestando a los parroquianos.
Esos indocumentados dejando
su país, cometiendo actividades ilícitas,
asesinando a dominicanos, dominicanas,
violando menores de familias honorables y los despojan de esa manera de
sus pertenencias.
Debido a la complicidad de
personas responsables de instituciones encargadas del control de la cantidad de
indocumentados cada día aumenta en las calles del país los haitianos y
haitianas en República Dominicana, sin que desde el gobierno se vean voluntad
de combatir esta situación.
Dominicanos residentes en
barrios, sectores, urbanizaciones, campos y provincias se quejan de que crece
cada vez el número de extranjeros indocumentados, pero que la mayoría son
haitianos y haitianas.
Se quejan de que desde el
gobierno no se observa la adopción de medidas que contribuyan a detener la
afluencia de haitianos y haitianas en vagando en las calles de República
Dominicana.
Hay decenas de haitianos
que guardan prisión en cárceles de República Dominicana, acusados de
asesinatos, tráfico, venta de drogas, robos de motocicletas, vehículos de motor
y otros delitos.
Muchos dominicanos no salen
del asombroso de que millares de haitianos circulan por las calles, viven en
apartamentos, tienen vehículos, se ejercitan durante la mañana, tarde, noche en
los gimnasios, no trabajan y pagan sus rentas.
Además, las universidades,
colegios, escuelas, canchas deportivas están llenas de haitianos y haitianas en
franco proceso de desplazamiento de los dominicanos y dominicanas.
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