
Manzanillo
es una localidad a la que el servicio de emergencia 9.1.1 no se asoma ni de
forma remota y por estar lejos de Santiago y Santo Domingo se prevé que nunca llegará.
No
obstante, unos ingeniosos ciudadanos se organizaron para tener un servicio de
asistencias 24 horas similar al 9.1.1.
Tiene
32 personas que realizan las labores de paramédicos bien capacitados.

Su
base central la ubicaron en el local del Cuerpo de Bomberos. aquí en Manzanillo.
Poseen motocicletas que incorporaron para los servicios de emergencia que utilizan en
Manzanillo.
El
operador principal es Carlos Soriano que es de los que reciben los reportes
cuando se origina una colisión.

De
inmediato se agitan los movimientos de los jóvenes que aguardan en el patio del
Cuerpo de Bomberos.

Al
minuto, varios salen hacia la zona señalada en el reporte que recibieron todos
en sus teléfonos móviles.
Un
joven accidentado que conducía su motocicleta fue atenido y subido a una
camilla, al que le colocaron un cuello ortopédico, el brazo derecho
entablillado y rodeado por los demás paramédicos en un área acordonada con
cinta de seguridad.

Los
socorristas lo suben a una ambulancia y lo trasladaron hasta el hospital en
sólo minutos después de evaluarlo.

Ellos
hacen el simulacro para orientar a los residentes en caso de emergencias, cuentan con motocicletas y una ambulancia tirada por una motocicleta para llevar al hospital a los accidentados.
Aunque
parece una escena típica del Sistema Nacional de Atención a Emergencias y
Seguridad 9-1-1, todo ocurre en el lejano y el fronterizo municipio Pepillo
Salcedo en la Provincia Montecristi no hay esperanzas de que nunca llegará por
su distancia de Santo Domingo y Santiago.
En
2014, cuando el presidente Danilo Medina anunció la puesta en operación del
9-1-1 en Santo Domingo, a un costo de RD$3,374.2 millones, según se informó
después, ya la comunidad fronteriza se organizaba para tener su propio sistema
de auxilios.
Le
llaman “Beacon”, opera desde el Cuerpo de Bomberos de aquí, y cuenta con una
red de 32 voluntarios, en su mayoría jóvenes, con edades que oscilan entre 17 y
20 años.
Ante
un incidente y cualquier emergencia, el reporte llega a los bomberos a través
de una llamada telefónica.
Al
lado del teléfono hay una computadora donde el operador introduce algunos datos
necesarios: Lugar, nombre de quien llama y tipo de asistencia que requiere.
La
información permite determinar el tipo de vehículos a utilizar de los que
tienen disponibles: el motor patrulla, la motoambulancia, el camión de bomba
para incendio o una de las dos ambulancias.
El
mensaje les llega automático a los celulares ya registrados de los voluntarios,
sea por servicio de mensajería instantánea o por la aplicación de Beacon.
La
idea de este servicio, surgió luego del terremoto de Haití ocurrido en el mes
de enero del año 2010.
El
director ejecutivo de la ong Trek Medics International, Jason Friesen,
participaba en las labores de rescate.
Debió
recorrer unos siete hospitales con un bebé al que daba respiración asistida.
Como
perdía tiempo, pensó en la conveniencia de tener un sistema que le permitiera
comunicarse con el hospital previo a movilizarse hasta el lugar.
“Beacon,
entonces crea un medio de comunicación en los lugares donde no se puede pagar
por un sistema moderno de radio el que no es efectivo, porque no hay alcance de
cobertura”, explica Dianne Dorville, médico general representante de Trek en
República Dominicana.
Una
computadora personal y un teléfono conforman el centro de operación del
servicio.
La voluntad se impuso.
En
Manzanillo, el jefe del Cuerpo de Bomberos, Don Guillermo Ramón Soriano,
buscaba mejorar el servicio que ofrecían casi a “manos peladas”.
El
camión con el que cuentan ahora, fue un regalo del Municipio Guayubín, Provincia
de Montecristi cuando el vehículo estaba inservible.
Dice
que lo llevó a Manzanillo en un remolque y, él mismo lo reparó.
Usó
un motor de lancha que adoptó para el camión, gracias a sus estudios de
mecánica industrial con especialidad en el área naval.
Tenían
una ambulancia donada por la Flying Doctor en 2011, pero necesitaba personal
calificado para el servicio de emergencia.
En
2013 se acercaron al Cuerpo de Paz y a través de esa organización
estadounidense pudieron llegar hasta Trek Medics International.
El
año siguiente iniciaron el entrenamiento de los primeros 14 paramédicos
voluntarios y del manejo de la plataforma Beacon.
Trek
logró, a través de concurso, una donación de US$50,000 (unos RD$2.4 millones)
de la Agencia de los Estados Unidos para Desarrollo Internacional (USAID).
Con
esos recursos, señala que los socorristas compraron la moto patrulla y dos
motos ambulancias, una de las cuales donaron al municipio Guayubín.
Desarrollaron
una campaña de sensibilización que incluyó la distribución de afiches para que
los munícipes aprendieran el número telefónico de los bomberos y llamaran ante
cualquier eventualidad, informa Dorville.
Como
parte del programa, Soriano viajó a Estados Unidos en el año 2014 a entrenarse.
De
allá trajo conocimientos y algunos equipos donados que hoy exhibe con el
orgullo el ser uno de los Cuerpos de Bomberos más equipados en pueblos del
interior.
Entre
su inventario, refiere tanques de aire puro y ropa especial para situaciones de
contaminaciones tóxicas.
“Cuándo
la amenaza del ébola, enfermedad que se convirtió en epidemia en 2014 en varios
países africanos, el Cuerpo de Bomberos de Manzanillo fue el
que obtuvo el vestuario adecuado para manejar un posible caso.
Lo
hicieron las gestiones de tener ese vestuario, porque el Haití hubo casos de
ébola que mató a cientos de personas.
Guillermo Ramón Soriano, jefe de los bomberos en
Pepillo Salcedo sostiene que su personal está equipado.
Muy
pocos recursos.
El
servicio de ambulancia es gratuito, pero para garantizar su sostenibilidad el
paciente o sus familiares deben contribuir con el combustible del vehículo y alguna
dieta para el conductor.
La
asignación de recursos de la Alcaldía de Manzanillo, de RD$16,000 al mes (hasta
agosto pasado era de RD$8,000) resulta insuficiente.
El
municipio tiene un presupuesto de RD$1.4 millones al mes.
El
Cuerpo de Bomberos debe hacer algún aporte económico a sus 6 integrantes y
pagar los RD$2,000 por el internet y el teléfono.
Hay
ocasiones en que ofrece el servicio con el poco combustible donado por una
empresa de la zona.
A
la fecha, el sistema ha asistido centenares de emergencias, en su mayoría de
pacientes con politraumatismos al sufrir accidentes de motocicletas.
Una
cifra considerable en un municipio pequeño, de 9,136 habitantes, conforme el
Censo Nacional del 2010, aunque su Alcalde, Ignacio Rosa, estima que ya rondan
los 21,000.
Del
Municipio.
Con
una extensión de 151.2 kilómetros cuadrados y una densidad de 60 habitantes por
kilómetro cuadrado, el municipio Pepillo Salcedo se ubica en la Bahía de
Manzanillo, en la costa Atlántica.
Luego
de su apogeo económico de la década del 50, cuando se instaló en la zona la
empresa norteamericana Dominican Fruit Grenada Company con la producción de
guineos, el municipio cayó en un letargo del que apenas le saca la tímida
actividad de su Puerto Libertador de Manzanillo que, aunque en condiciones
precarias, se utiliza para la exportación de bananos.
El
Alcalde Rosa, critica la poca atención del Gobierno y clama para que le cumplan
la promesa de un boulevard para impulsar su desarrollo turístico.
Se
queja de que la alcaldía tiene que enfrentar todas las necesidades, sean de
salud o educación, transporte o calles, con un pobre presupuesto de RD$1.4
millones al mes.
En
Manzanillo, la población se siente satisfecha con el servicio de los
paramédicos del Beacon, como afirma Yeyssa Batista Torres, Directora del
Hospital General de Pepillo Salcedo.
“Nos
alivia saber que ante cualquier inconveniente un personal capacitado nos va a
auxiliar”.
“Como
entidad de salud vemos muy bueno y válido que es el servicio de los paramédicos,
pues nos llaman y nos presentan al paciente, y aquí nos vamos preparando para
recibirlo, y eso ayuda a la sobrevivencia del paciente”, dice.
El
centro de salud fue inaugurado en junio de 2017, luego de 18 años de una
construcción que no concluían.
Aunque
nuevo, la falta de personal le impide ofrecer todos los servicios y muchas de
sus áreas están cerradas, como el quirófano, sonografía, rayos x e
internamiento.
Ofrece
servicio de emergencias y laboratorio 24 horas, ginecología, medicina familiar,
general y odontología, pero le falta enfermeras, internistas, cirujano
anestesiólogo, pediatra y más médicos generales.
“El
hospital está bien equipado, pero hace falta recursos humanos”, insiste Batista
Torres.
El
centro opera con 45 empleados, incluyendo 6 médicos generales, 2 especialistas,
1 odontólogo, 3 bioanalistas y 9 enfermeras, que atienden una demanda de unos 3
mil pacientes al mes, casi la mitad del vecino Haití.
La
ambulancia del hospital está dañada, por lo que el centro tiene que recurrir al
servicio de los bomberos y de los hospitales de Montecristi o Dajabón.
Por
cada uso pagan unos 500 para combustible, monto que resulta más manejable en su
presupuesto mensual de RD$205,000, que los más de RD$100,000 que requieren para
reparar su ambulancia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario