Los país son Australia,
Brunei, Canadá, Chile, Malasia, México, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y
Vietnam.
No obstante, está abierta a
quienes quieran incorporarse si lo deciden.
El acuerdo, con el nombre
oficial de Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP)
pero también conocido por sus siglas TPP11, entró en vigor hoy después de haber
sido ratificado el 31 de octubre por la última de las seis naciones mínimas
firmantes que se requerían.
Se trata de la versión
actualizada del TPP, firmado en 4 de febrero de 2016 pero que entró en crisis a
raíz de la decisión del presidente de EEUU, Donald Trump, de retirar a su país
de esa iniciativa en 2017.
El TPP11, integrado por
once naciones, entre ellas Japón, la tercera economía mundial, nace en medio de
la todavía latente guerra comercial entre EEUU y China, unas tensiones con
efectos colaterales y que han derivado en el aumento del proteccionismo.
Pero Japón, según su
ministro de Revitalización Económica, Toshimitsu Motegi, cree que el TPP11 “va
a mandar un fuerte mensaje de que las reglas (de comercio) libres y justas se
van a extender por el mundo”.
“Como portador de la
bandera del libre comercio, Japón continuará promoviendo una zona económica
libre, justa y basada en reglas para un mundo global”, manifestó esta semana el
primer ministro nipón, Shinzo Abe.
El TPP original fue una de
las dianas elegidas por Trump durante la campaña para atacar acuerdos de libre
comercio globales e insistir en la necesidad de lanzar nuevas negociaciones
para renovar los pactos a los que se había comprometido Estados Unidos.
Fue por ello que tres días
después de llegar a la Casa Blanca firmó la orden para retirar a su país del
TPP, lo que reabrió nuevas negociaciones entre las naciones que se quedaban
para definir los futuros términos de su relación.
Hubo una primera reunión
ministerial en Chile el 14 y 15 de marzo de 2017, semanas después de la
decisión de Trump, otra posterior en Hanoi en mayo y los esfuerzos culminaron
en Santiago de Chile, el 8 de marzo de 2018, con la firma del TPP11.
En el mundo latinoamericano
hay naciones como Colombia que inicialmente mostraron interés en sumarse al
TPP11, aunque el nuevo Gobierno presidido por Iván Duque está revisando ésa y
otras gestiones comerciales que estaban en curso.
“Colombia está en lista de
espera”, dijo en una reciente entrevista con Efe el ministro de Asuntos
Exteriores de ese país, Carlos Holmes Trujillo, aunque destacó que la política
del presidente Duque es la de no iniciar nuevas negociaciones en materia
comercial.
Según Trujillo, la idea es
“fortalecer la herramientas que Colombia tiene a fin de sacar el mejor provecho
posible que tiene con los acuerdos comerciales suscritos”.
Otras naciones han mostrado
interés en vincularse a esta iniciativa, como el Reino Unido, aunque lejos de
la Cuenca del Pacífico.
El tema fue analizado por
los primeros ministros de Japón y del Reino Unido en la reciente cumbre del G20
en Buenos Aires. En esa ocasión, el japonés Abe y la británica Theresa May
dijeron que sus dos países son “los más poderosos portadores del libre
comercio”.
A falta de nuevos socios
que quieran sumarse, desde hoy queda fijada un área que, además de 500 millones
de personas, incluye un producto interior bruto (PIB) global de 10 billones de
dólares y un intercambio comercial de 5 billones de dólares.
Las metas están claras
desde el preámbulo del acuerdo que hoy entra en vigor: “Mejorar oportunidades
para la aceleración de la liberación regional del comercio y la inversión”, y
“promover mayor integración económica regional”.
O como dijo la entonces
presidenta chilena Michelle Bachelet cuando fue firmado el documento: “Es un
tratado ambicioso, moderno y con visión de futuro, y que con creatividad
incorpora las nuevas temáticas del comercio internacional que exigen que los
beneficios de la globalización alcancen a todos”.
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