Por Marcelo Peralta
Santiago,
R.D. En pleno siglo XXI que en Santiago se haya convertido en la noticia más
morbosa y de escándalo trascendental que un personaje se desnude en pleno
Palacio de Justicia para pedir clemencia por la vida de su hijo.
Es
el caso del señor José Alberto Díaz, padre del joven Fernando José Santiago que
con aparente problemas mentales fue detenido por violencia de género y escapó
del Palacio de Justicia con las manos amarradas amarradas.
El
autor de la desgarradora y triste historia jamás presentada en la historia de
la ciudad de Santiago atrajo la atención de quienes estaban en el Palacio de
Justicia.
José
Alberto Díaz, en un estado de impotencia, se desprendió de toda su vestimenta
para hacerle un patético llamado al Fiscal José Francisco Núñez a fin de que
reconsidere la forma para apresar a su vástago.
En
su desesperación, Díaz fue más lejos al pedir a las autoridades judiciales y
policiales de que si quieren a pesar a su hijo que les disparen en las piernas
o los brazos pero que no se lo maten.
Para
muchos ciudadanos y personal del Palacio de Justicia nunca habían visto a un
hombre tan desesperado defendiendo a un hijo ni haber observado una acción
inusual que llamó la atención colectiva.
Antes
de marcharse nervioso, sudoroso y con sus vestimentas en las manos, amenazó con
romper todos los cristales del Palacio de Justicia en caso de que las
autoridades maten a su hijo.
En
el Palacio de Justiciad e Santiago, todos los presentes quedaron atónitos con
la actitud asumida por el jornalero quien estaba lleno de ira y rabia.
Bociferó
que no se avergonzaron de su reacción vida naturista porque no haría como Adán
y Eva que vino el diablo que, en forma de serpiente, les afeó su desnudez,
porque lo que estaba haciendo era defendiendo a un hijo inocente y que padece
trastornos mentales.
Aunque
muchos ciudadanos que presenciaron la desgarradora escena, en que algunos la tacharon
de lascivo, pecaminoso y asqueroso, otros, en cambio, la tildaron de impotencia
por los abusos que comete la Policía y muchos de los funcionarios judiciales.
No
obstante, algunos, con mayores conciencia consideraban que hay momentos en que
se critican a personas que exhiben su propio cuerpo frente al pueblo y que lo
han sojuzgado durante tantos siglos las inquisiciones.
Solemos
criticar a las personas que cometen esas acciones que, anacrónicamente
desconocemos el dolor y la ira que lleva por dentro, dijo una honorable abogada
que ejerce en el Palacio de Justicia quien observó la acción del desnudo.
Esa
misma mujer de leyes, sostuvo que ese ciudadano estaba imponiendo su impotencia
ante el caso que involucra a su hijo.
Aunque
entiende que el caso es inaceptable, pero que el sistema nervioso del ciudadano
lo convirtió en impotente y bloqueó todas las formas de accionar de otra
manera.
A
pesar que un agente de seguridad judicial afirmaba que pareciera que en la
sociedad nos estábamos liberando de la serpiente y que estábamos en estupendos
lugares del nudismo.
Pero,
muchos curiosos sacaron de bolsillos y carteras sus teléfonos celulares para
fotografiar desnudo al impotente ciudadano.
Al
final, cuando los agentes penitenciarios trataron de detener a José Alberto
Díaz quien estaba desnudo como Dios lo trajo al mundo, su reacción fue que tomó su
ropa, salió corriendo en “pelota”, cruzó la avenida 27 de Febrero, se apostó bajo
la sombra de un árbol, luego empezó a revestirse y se marchó a un lugar que
sólo él pudo haber escogido.
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