Por: Ronny Ortega
Su construcción inició en el año 1899 y terminada en 1954.
Así inicia la historia de esta Catedral y Basílica del Sagrado Corazón.
Es la quinta
más grande en Norteamérica con sede en Newark, estado de Nueva Jersey.
Está situada en el 89 de Ridge
Street en Newark en Nueva Jersey y su diseño original estaba fijado en una
iglesia de estilo gótico inglés y modificados al gótico francés.
La catedral del Sagrado Corazón fue
propuesta en 1859 por James Roosevelt Bayley que era el obispo de Newark y seis
años después este obispo fue cambiado por el Papa Pío IX.
Esos sitios propuestos, fue una
esquina de High Street con Kinney Street y otro en la esquina de South Street y
Broad Street.
Sin embargo, el sitio actual, al lado
de Branch Brook Park en Forest Hill, sección de Newark fue el elegido.
Bayley esperó para comprar la tierra
hasta que el sitio fue recomendado por Jeremiah O’Rourke que fue el arquitecto
de la catedral previsto, por monseñor George Hobart Doane y el clérico G.W. Doane.
A Doane le gustó el sitio actual, por
tener una vista de las Watchung Mountains en el oeste y el valle de Newark, las
colinas de Staten Island y Nueva York en el este.
La compra de la propiedad se completó
el 2 de enero de 1871, por la cantidad de 60 mil dólares.
Doane viajó a Alemania, Inglaterra,
Alemania a obtener ideas de la nueva catedral.
Fue en 1872 que Bayley fue elevado a
arzobispo de Baltimore y el proyecto entregado al nuevo obispo, Michael
Augustine Corrigan.
Este ordenó la excavación del sitio
en 1875 y 1876; mientras en 1881, el proyecto entregado a otro nuevo obispo que
fue Wonand Michael Wigger.
La ciudad de Newark quería comprar el
sitio para la nueva escuela secundaria en 1896, pero fue rechazado por
Wigger.
Los planes se trasladaron, Wigger
erigió una iglesia temporal del mismo nombre el día 15 de febrero de 1889.
En julio de 1897, se comenzó una
recaudación de fondos para construir la catedral.
Al mismo tiempo, el diseño ya había
sido escogido y O'Rourke fue elegido para diseñar en estilo gótico inglés.
Al aceptar el encargo, O'Rourke se
comprometió a Wigger que la obra sería “un trabajo de amor, no de las cuotas y beneficios”.
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