Por: Marcelo Peralta
Santiago,
R.D.-Este viernes 16 de agosto se cumple 161 años de la gesta restauradora en
que el pueblo dominicano demostró amor y libertad.
La fecha
que viene se torna propicia en revisar qué hemos hecho, ha dejado de hacerse,
por qué estamos perdiendo la nacionalidad al cambiarla por la de haitianos, cuál
es la realidad actual, recordar los sueños de aquellos héroes que entregaron
sus vidas en bien de la Patria.
La generación
de hoy ha sido capaz de defender la Restauración de la República, si la entregó
al enemigo sin haber hecho un solo disparo.
En la
actualidad la sociedad está llena de “hipocresía” de alabar su obra, sin miramiento
a que muchos están transitando por caminos paralelos, dando de “lado” al
proyecto de nación que los restauradores concibieron.
Es
hora de restaurar la esperanza, miles han perdido la ilusión de vivir en esta
tierra de sus amores, porque las condiciones de vida que llevan jóvenes empujados
a emigrar a otras naciones en busca de un mejor destino.
Una
gran cantidad de esos jóvenes estoy día están en drogas, fumando jucas,
robando, criminalizándose, presos, enterrados bajo siete destrozados por
las gomas de una motocicleta.
Algunos
metidos en política, revistiéndola de transparencia en el manejo de fondos
públicos, robando sin poner a pruebas las enseñanzas honestas a la que nos el
patricio Juan Pablo Duarte.
En
este sentido, el Papa Francisco, en su mensaje para este mes de agosto indica:
“Hoy la política no tiene buena fama, está revestida de corrupción, escándalos,
alejada día a día de las personas honestas.
No
podemos avanzar hacia la fraternidad universal sin una buena política y hay que
recordar al papa Paulo VI cuando decía: “la política es la forma más alta de la
caridad, porque busca el bien común, y la Política con mayúscula, no
con la politiquería de hoy día”.
En
este aniversario, se impone la convivencia armoniosa que se ha ido perdiendo en
el núcleo familiar, en que se siente vientos de violencia, atraso, originan
desintegración, conflictos sociales que se han robado el sosiego.
Este
16 de agosto, día de la Restauración, debería hacerse el firme compromiso de
convertir en constructores de la nación que anhela y sueña la sociedad, en que funcionarios
que vayan a juramentarse demuestren con sus acciones vocación de servicio.
Que
la posición que ocuparán estén caracterizadas por la cercanía con necesitados, jamás
a sentirse superiores de un cargo que no es suyo.
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