I.- El padre que avergüenza a sus hijos, con actos
corruptos
1.- La mercancía
dinero, la más apreciada en todo el sistema capitalista, disloca, saca de sus
cabales a aquellas personas dispuestas a hacerse millonarias sin importar los
medios y las consecuencias. Al parecer, para algunos individuos da lo mismo ser
llamados adinerados ladrones, que ser valorados como pobres honrados.
2.- Padres de
familias, a quienes sus hijos no les conocen como ricos, en un santiamén se
convierten en magnates; verdaderos acaudalados, sorprendentes potentados.
3.- Las sorpresas
vienen cuando los descendientes ven a sus progenitores, figurando
en expedientes judiciales; acusados de robo al erario, entrando a las salas de
audiencias de tribunales penales, sujetadas las muñecas de sus brazos con
esposas y una patrulla policial detrás.
4.- En nuestro
medio se está dando el caso de hijos frustrados, cargados de amarguras, llenos
de pesares, porque al progenitor que veían como modelo de padre ejemplar, ahora
los ha convertido de ilusionados a frustrados.
5.- Hoy, en
nuestro país, por esas calles de Dios, andan jovencitos avergonzados,
ruborizados al saber que su papi es un desfalcador que sustrajo los dineros de
un pueblo lleno de necesidades, mientras que los lujos que hay en sus hogares
son fruto de la malversación, porque su papito defraudó al Estado dominicano.
6.- Para un joven
es algo mortificante, saber que ese hombre, quien era su líder, y más que como
su padre, lo tenía como símbolo de la honradez, ahora es el jefe de una banda
de lavadores de activos.
7.- Después que el
padre hizo creer a sus descendientes que estaba dándoles una educación de calidad
con dinero limpio, en costosos colegios, y una vida material con todas las
comodidades, entonces llega el desengaño, quitándose la prole las ilusiones que
se habían forjado, de que tenían un papá meritorio y honesto a toda prueba.
8.- Al momento de
ejecutar actos fraudulentos, ese varón que ha engendrado a los que hoy son sus
hijos, debe llevar con orgullo de honradez el calificativo de padre, y no
mancillar la reputación futura de su prole.
9.- Ahora, son
muchos los niños que mañana serán adultos identificados como los hijos de los
que, por estar de allantosos, de muy presumidos, fueron a parar a la cárcel.
Hay padres que manchan el futuro de sus descendientes.
10.- El jefe de
familia, ese que en el hogar se presenta como el ejemplo a seguir en lo moral y
ético, en un abrir y cerrar de ojos cambia de purificado a adulterado, de muy
limpio a corrupto, porque el fingimiento de moralista es difícil de mantener en
la conciencia de un podrido del sistema.
II.- La corrupción como fenómeno social. No personalizarla
11.- El fenómeno
de la corrupción, que arropa por entero a la sociedad dominicana, desde las
instituciones del Estado, hasta la familia, daña a seres humanos que con su mal
perjudican a sus descendientes. Padres nocivos, causan males perniciosos en el
orden social y familiar.
12.- Porque los
fenómenos sociales no se eliminan por la fuerza, con leyes, ni con sentencias
condenatorias irrevocables, en mi cabeza no cabe la idea de que se acaba con la
corrupción sancionando a dos, tres, cientos o miles de corruptos, como tampoco
se elimina la pobreza, la prostitución y el desempleo, matando a los pobres, a
las prostitutas y a los desocupados.
13.- Estoy
plenamente convencido de que el patrimonio del Consejo Estatal del Azúcar (CEA)
y de la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (CORDE), fue
robado, sustraído por algunos miembros de los partidos políticos que
hasta hoy han administrado el Estado, desde la desaparición física de Trujillo.
14.- Despiertan
falsas ilusiones en nuestro pueblo, aquellos que haciendo politiquería
personalizan la corrupción, con el fin de no identificar de manera precisa el
sistema social causante de todos los males sociales que dañan a la sociedad
dominicana.
III.- Ante los procesos penales en curso
15.- Para el
verdadero pueblo dominicano, los procesos judiciales en curso, por corrupción,
serán edificantes siempre y cuando se persiga hacer justicia, y no utilizarlos
como desquite. Por lo menos se envía un mensaje de que hay que higienizar el ambiente
que está podrido por entero, desde arriba hasta abajo.
16.- La parte sana
del pueblo dominicano aspira a que la vara de la justicia alcance a todos
aquellos que se han enriquecido con dinero del erario y de las empresas
estatales. Es de desear que se apliquen las leyes, y no emplear la venganza que
es propia de resentidos sociales.
17.- Las masas populares dominicanas, son las víctimas que han padecido por el robo de su patrimonio, acción ejecutada por politiqueros que genera el statu quo, causante también de otras lacras sociales.
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