La caída del vuelo 182 de Air India dejó 329 cadáveres en el mar y un misterio todavía sin resolver.
El 23 de junio de 1985,
cuando volaba sobre el Atlántico Norte a menos de 200 kilómetros de la costa
irlandesa, el Boeing 747 desapareció de las pantallas de radar.
Decenas de cuerpos y restos
del avión flotando en el mar; investigaciones dan hecho de un atentado
terrorista con explosivos.
La noche de la tragedia sobre
Irlanda el Aisling amarró en el muelle de la Base Naval Cork.
Con fría luz de reflectores, sombras
de hombres iban, venían del barco y se estiraban con fantasmal irrealidad.
Bajaban bultos, componían la
macabra carga de 131 cadáveres, primeros rescatados del desastre.
El capitán James Robinson
siguió con atención la tarea y era su deber.
Y personal durante diez horas
en las aguas del Atlántico Norte, donde lo habían enviado para cumplir la peor
tarea que podía imaginar.
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