Fuente periódico El Caribe
Es
por esto que el día de hoy se cumplen 178 años de dicha lucha, que se
originó en defensa de la recién proclamada independencia de
República Dominicana.
Luego
de la declaración de independencia, el presidente haitiano Hérard amenazó a los
dominicanos para que d dejaran sin efecto la misma. Al no obtener respuesta
positiva, preparó un fuerte plan militar con 30 mil
soldados para recuperar el territorio Dominicano.
El
presidente haitiano pretendía unir la columna del sur con la del norte
para atacar a Azua.s.
Como
la Junta Central Gubernativa conocía los planes de Herard envió a Pedro y
Ramón Santana a comandar el sur; a los próceres Ramón Matías Mella y
Francisco del Rosario Sánchez a Santiago Y reclutaron 2,500 soldados
dominicanos (mucho menos que los haitianos).
Las
tropas haitianas avanzaron hacia Azua y se enfrentaron con nacionales en el
Paso de la Hicotea; Los Jovillos, Paso del Jura, San Juan de la Maguana, Los
Conucos, El Barro y El Cerro de Resolí.
Las
tropas dominicanas se posicionaron en puntos estratégicos de Azua con
fusilería, cañones y artillería comandados por un grupo de hombres valientes.
Cuando
los haitianos entraron en Azua, los dominicanos rechazaron el ataque.
Ante
la superioridad numérica de las tropas invasoras, la victoria dominicana
se logra por la estrategia de lucha utilizada.
Entre
ellas, la práctica de guerra de guerrillas, el ataque sorpresivo y la
determinación y valor demostrados por la defensa de los ideales de
independencia, manifestados el 27 de febrero.
Descripción
histórica de la batalla
El 19
de marzo en la mañana, el General Hérard organizaba su ejército con el fin de
atacar a las tropas dominicanas, pero los dominicanos atacaron a los haitianos
que avanzaban por El Camino de los Conucos.
El
enemigo fue rechazado por el cañón de Francisco Soñé, cuyos impactos dejaron
decenas de muertos y un enorme terreno despejado por la metralla en las que
minutos antes habían sido compactas filas enemigas.
Los
comandantes dominicanos, aprovechando el terror causado por la metralla,
ordenaban cerradas descargas de fusilería y cargas a machete, motivando que el
pánico se apoderara del enemigo y emprendieran la retirada.
Al
ser decapitado el comandante haitiano Vicent Jean Degales por los comandantes
Matías de Vargas, José Leger y Feliciano Martínez, sus tropas (noveno y décimo
regimiento) se desplegaron en desorden por falta de jefe. Poco después las
tropas haitianas que avanzaban por El Camino del Barro (segundo y sexto
regimiento), fueron sorprendidos por el contingente de azuanos, quienes,
apoyados por la fusilería de Nicolás Mañón, se lanzaron en un asalto de machete
que sembró el terror y la muerte, obligándolas a retirarse.
Hombres
caídos en combates
Se
relata en la historia que en la batalla los haitianos perdieron entre 200
y 300 hombres, mientras que las bajas dominicanas fueron insignificantes.
En
los días siguientes circuló la falsa versión que de que el presidente Charles
Rivière-Hérard había muerto en Azua, bajo el fuego enemigo.
También
se ha escrito que en las tropas dominicanas había al menos 1,000 hateros y
gentes de El Seibo, Hato Mayor, Higüey y Los Llanos y jóvenes azuanos
entrenados por Duvergé y Francisco Soñé.
Asimismo,
integraban el ejército criollo dos compañías: una de gendarmería y otra de
caballería, con un total de 200 neyberos, comandados por Vicente Noble y
Nicolás Mañón, y dos regimientos llegados por barco desde la capital, al mando
de Manuel Mora.
Estos,
sumados a los de la tropa banileja, al mando del teniente coronel Manuel de
Regla Mora, se aproximaba a 300 soldados más un grupo de San Cristóbal,
dirigidos por Lorenzo Araujo y José María Cabral, y un cuerpo de hombres a
caballo que organizó y mandaba Buenaventura Báez.
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