La Iglesia Católica en
Santiago, a través de su órgano informativo, “Camino” Hoy, dice que la
corrupción en la Administración Pública ha sido un cáncer en el país y otras
naciones hermanas.
No obstante a los daños que
causa, algunos ven como normal que un funcionario se apropie de los bienes del
Estado, olvidándose de que con esta acción están condenando a la pobreza a
miles de familias que no pueden recibir los servicios básicos de salud,
educación y otros con la calidad y eficiencia.
Los cuales merecen, porque
los fondos que serían destinados a estos renglones se quedan en los bolsillos
de unos cuantos.
“Lo peor de esta realidad es
que a través de los años hemos visto que en pocas ocasiones hay consecuencias
para los culpables de las acciones dolosas que han cometido”, expresa.
Dice que les preocupa que la
falta de honradez y transparencia cuando se manejan fondos públicos, se va
haciendo una cultura.
Muchos dominicanos han
olvidado el ejemplo de pulcritud que nos dio el Patricio Juan Pablo Duarte,
quien fue un hombre íntegro y que hizo de la política una vocación.
“Esperamos que cualquier acto
de corrupción que se cometa en la presente gestión gubernamental no quede
impune. No permitamos que la amistad y la militancia partidaria se conviertan
en cómplices de lo mal hecho”, subraya.
Nos hará mucho bien hacer
nuestro lo que nos dice la Doctrina Social de la Iglesia sobre este tema:
“Entre las deformaciones del sistema democrático, la corrupción política es una
de las más graves, porque traiciona al mismo tiempo los principios de la moral
y las normas de la justicia social; compromete el correcto funcionamiento del
Estado.
La corrupción distorsiona de
raíz el papel de las instituciones representativas, porque las usa como terreno
de intercambio político entre peticiones clientelistas y prestaciones de los
gobernantes”.
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