Santiago, R.D.-Tras el descenso de la pandemia de la Covid19, que obligó millares se incorporaran al teletrabajo a fin de evitar más contagios y muertes, el gobierno de Luis Abinader dispuso en reingreso a las oficinas.
A inicio
de los años 2020, 2021 y principios 2022 fue obligatorio inclinarse al trabajo
remoto desde la casa, algunas empresas redujeron personal, rotaban la
presencialidad de sus empleados, limitaban cantidades de personas.
No
obstante, toca volver a sus centros de trabajos, a pesar de la existencia de
sentimientos encontrados.
En
marzo de 2020, de golpe, la gente comenzó a acostumbrarse ir al lugar de
trabajo, durar interminables horas frente al ordenador sin hablar con nadie, a
videoconferencias a distancia y a no estar “codo con codo” con el
compañero.
El
2021 hubo muertos, contagiados, vacunados y paso a paso se iba confirmando a la
baja la curva de contagios de COVID19 y miles de personas le tocó regresar al
puesto de trabajo.
Las
oficinas, centros de comercialización volvieron a llenarse para una
presencialidad de cuasi el 100% de empleados, operarios, trabajadores, empleados,
todos, con las debidas preocupaciones y temor a contagiarse.
Y es
aquí tras la rutina en el hogar cuando aparecen diversos tipos de personas a
quienes no les importa contagiar a los demás.
Ya
miles de gentes están deseando la necesidad de andar libres en las calles, negocios,
terminales de autobuses, centros laborales, los estudiantes a escuelas,
colegios.
Siempre,
la gente está a la espera de la ilusión, expectativas, reencontrarse con
compañeros y afrontar los nuevos retos.
Además,
cambiar el escenario porque había personas que a lo mejor en su casa no tenían
el espacio físico adecuado para teletrabajar, niños, adolescentes y jóvenes que
no podían socializarse, salir a compartir.
Miles
de dominicanos fueron colaborativos tanto en los centros de trabajos, comerciales,
en el teletrabajo, mientras otros, en cambio, irrespetaron las normas estatales
de prevención y protección.
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