Gobierno de Luis Abinader se "come los mocos" con exclusión social.

El cantante Sergio Vargas. Debe explicar este hecho.
Por Marcelo Peralta

Mientras en Estados Unidos se ha convertido en la noticia de primer orden,  con cabezote principales, pero en la República Dominicana, en ni el cantante Sergio Vargas, menos la Policía, tampoco el sistema judicial ha tenido la “osadía” de explicar al pueblo el sábado a las tres de la madrugada, una persona resultó herida a tiros y un vehículo de lujo destruido en una fiesta de cumpleaños en Villa Altagracia. 

El "can musical" fue en la fiesta del cantante de Villa Altagracia en la casa campestre de Sergio Vargas celebrando su cumpleaños y coincidieron dos grupos rivales que, con armas de fuego armaron una balacera, resultando un hombre herido de bala que ameritó ser internado en un centro de salud, trasladado a la Capital e intervenido quirúrgicamente para salvarle la vida.

Nada de eso lo ha difundido la Policía en sus novedades, sino no que ha sido el influyente noticiario Telemundo radicado en Estados Unidos, que se hizo eco de los acontecimientos, no obstante, medios en la República Dominicana han guardado “silencio sepulcral”. 

La cadena de televisión cita que en la fiesta de cumpleaños del músico y político Sergio Vargas convergieron varias agrupaciones, había vigilancia estricta con decenas de agentes policiales cuando se “armó el rebú” que, a pesar de ocurrir la madrugada de el sábado, ninguna autoridad ha informado.

Aunque se supo que el herido, cuya identidad no fue revelada, sin embargo, ha sido sacado de la Unidad de Cuidados Intensivos.

Hoy, habría ido al centro de salud, un equipo de agentes policiales a investigar con el herido su versión respecto a las razones del tiroteo y las condiciones de salud en la que está.

Pero, la Policía no ha sido capaz de dar a conocer este hecho de sangre a la nación, la violación a las medidas de toque de queda a causa de la Covid19, los motivos que lo generaron y por qué el gobierno autorizó esa fiesta en medio de la pandemia.

El gobierno de Luis Abinader se ensaña contra la población humilde y trabajadora a quienes encierra al estilo de presidiarios peligrosos, mientras permite a los “encumbrados económicos y sobresalientes políticos y empresarios” hacer lo que les venga en gana.