Por: Ramón Antonio Veras.
I.- Mujeres y hombres
comprometidos con sus ideales
1.-
Los pueblos que viven bajo sistemas sociales
fundamentados en la desigualdad de oportunidades para la gran mayoría de
la población, necesitan contar con
personas que, sin ser resentidas sociales, se mantengan reveladas contra el orden establecido. Son
aquellas que les repugnan las injusticias y están dispuestas a enfrentarlas.
2.-
Esos ciudadanos y ciudadanos adversarios de las iniquidades son los llamados a
canalizar el enfado de las masas populares contra la miseria y la opresión que
se manifiestan en pobreza, desempleo, insalubridad, analfabetismo, corrupción y
cuantas lacras genera el estatus quo.
3.-
En nuestro país, por campos y ciudades se mueven millones de nuestros connacionales en estado
de total desamparo, duramente golpeados por necesidades materiales y espirituales insatisfechas, y sin esperanza
inmediata de solución. Pero esos mismos
oprimidos, no saben cuál es la causa de su miseria y, además, carecen de
organización.
4.-
Corresponde a grupos humanos con sensibilidad, hacer suyas las dificultades de
los oprimidos, y de la forma que sea abrazar su causa para que alcancen su
liberación definitiva y merecida
felicidad.
5.-
Deben dar un paso adelante aquellos que reúnen condiciones para apoyar a los
hambrientos, oprimidos y confundidos que andan
dispersos por todo el territorio
nacional, para les conviertan en una gran masa de mujeres y hombres listos para
luchar y vencer, materializando así sus
sueños de vivir dignamente.
6.-
Aquellos que con condiciones de justos están decididos a poner en ejecución
su pensamiento político, y adaptar sus principios a la realidad de
nuestro país en estos momentos, deben
estar plenamente convencidos de la tarea que han de emprender.
7.-
Las mujeres y los hombres que por ideales se unen a la causa de los marginados de la sociedad, están comprometidos a
actuar con la firme convicción de que forma parte de su obligación socialmantener a las masas populares
apasionadas, ardorosas y confiadas de que su liberación es segura y depende de ellas mismas.
8.- Los actores de las transformaciones en cada
período les conviene obrar para que las
masas populares hagan suyas las mayores y más profundas conquistas, sin olvidar
que toda democracia existente bajo el sistema capitalista “se despoja rápidamente
de todas las vestiduras democráticas en cuanto se ven afectados los pilares del
orden social existente”.
9.-
Aquel que decide vincularse en la lucha social con los obreros, los campesinos
trabajadores, la intelectualidad y la burguesía nacional, va a tener como
adversarios, en mayor o menor grado, a la minoría nacional y a los
monopolios extranjeros.
10.-
El compromiso con la lucha social y
política manda a los que abrazan los cambios verdaderos, a tener su
reloj político en hora para saber en qué
momento actuar. De ahí que: “debemos revelar estas posibilidades, al igual que
los nuevos métodos de lucha por el éxito”.
11.-
Al iniciar el combate por los intereses de los oprimidos no hay que excluir,
sino unificar para que los pueblos
lleguen a obtener sus grandes triunfos políticos y sociales. Se gana sumando a
todos aquellos que están dispuestos a aportar; acumulando voluntades y
arrimándolas en una misma línea hacía la misma causa.
12.-
Las personas con vocación democrática deben estar conscientes de que los
grandes movimientos sociales nunca han estado integrados por personas de igual
conductas, es decir, no han sido
acontecimientos de individuos químicamente puros. El mismo proceso se encarga
de expulsar a los nocivos, quedándose solamente
los mejores.
13.-
Hay que aprender de las experiencias sacadas de procesos sociales profundos que
hoy son ejemplos para el movimiento progresista mundial, y cuyos máximos
dirigentes en su momento hicieron constar que: “quien espera una revolución
social pura no llegará a verla jamás…”.
14.-
Las grandes conquistas democráticas requieren de la mayor presencia y acción
popular, lo que confirma que “cuanto
mayor el alcance, cuanto mayor es la amplitud de los acontecimientos
históricos, tanto mayor es el número de hombres que participan en estas
acciones; y a la inversa, cuanto más honda es la transformación que deseamos
realizar, tanto más debemos suscitar interés por ella y una actitud consciente
hacia ella convencer de esa necesidad a nuevos millones, a decena de millones”.
15.-
Es oportuno recordar a los hombres y mujeres que en episodios revolucionarios
de su país dijeron: “nosotros queremos construir el socialismo con la
ayuda de los hombres y mujeres educados
por el capitalismo, estropeados y corrompidos por el capitalismo, pero
templados por el capitalismo para la lucha…queremos comenzar a construir el
socialismo inmediatamente con el material que nos ha legado el capitalismo ayer
para que lo utilicemos hoy, ahora mismo, y no con hombres creados en
invernaderos”.
16.- La coyuntura que está viviendo nuestro pueblo
es sumamente difícil, por lo que requiere de sus mejores hombres y mujeres la mayor comprensión y facultad para conocer
lo que está ocurriendo; entender qué necesitamos a los fines de que la
situación sea lo menos dolorosa posible y
salir adelante con el menor número de pérdidas de vidas humanas.
17.- En una comunidad humana como la dominicana,
absolutamente nadie puede darse el lujo de adoptar una posición inclinada a la
contemplación y a la meditación. Estar inactivos no es propio de quienes asumen
compromisos con la sociedad y mucho menos en situaciones marcadas por espacios políticos que reclaman la
intervención de aquel que reúne condiciones de dirigente político o simplemente
un actor en los movimientos sociales.
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