Si el presidente electo, Luis Rodolfo Abinader, se convirtiera en un médium y visitara a 300 mil micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), sus propietarios le retumbarían a los oídos, como una sinfonía fúnebre, que están totalmente quebrados y le pedirían que los rescatara de ese hoyo abismal. Y si –haciéndose el tonto- les preguntara ¿qué les pasó?, todos señalarían, al unísono: los excesos de impuestos, las “coimas” y la ausencia o retrasos en los pagos por el Estado.
En ese vértigo manufacturado por el Estado mala-paga y destripador, los emprendedores le arrojarían un grito de auxilio: ¡yompéeme, presidente, yompéeme!, suplicándole así una amnistía fiscal, facilidades para la formalización burocrática y financiamiento/recapitalización para acceder a beneficios, oxigenarse y relanzarse en la cabalgadura de la pandemia.
El pequeño y mediano empresario califica como un héroe: muchos pagos y un enjambre de impuestos. Son machacados, implacablemente: a cientos de productores de televisión y radio, diarios de internet, periódicos y revistas, servicios de relaciones públicas y publicidad, la DGII les ha bloqueado el RNC, por los enredos/desconocimiento ante tantos tributos y arbitrariedades anti-jurídicas.
Otra muestra dramática: en el 2013, diez fabricantes conformaron un clúster, ganaron una licitación en el Ministerio de Educación para la fabricación de muebles escolares y en febrero del 2016 entregaron la producción y dos facturas por 6 millones 123 mil 031.00. No les han pagado ni un céntimo y en diciembre del 2017, la DGII les notificó deudas de Itbis por RD$1,068,204.62, suma que si no liquidan no les será saldada. ¿Cuánto ha subido en estos últimos tres años? El consorcio dejó de operar y ninguna instancia le ha buscado una salida satisfactoria.
Juan Pablo Ureña Payano, experto tributario, contador público y abogado: “son miles los que sus deudas tributarias están en tribunales, con recursos de reconsideración, contencioso, casación y constitucional. Se trata de miles de millones de pesos que el gobierno puede cobrar sin esperar dilatados dictámenes”.
Y abundó: “si mediante una amnistía, la DGII le tumba todos los recargos y los intereses acumulados, y dispone que de los impuestos/deudas base se pague el 30%, que sea honrado en varias cuotas en el período de un año, el gobierno recibiría miles de millones de pesos y las pequeñas y medianas empresas quedarán libres de esas cuentas y podrán recapitalizarse”.
Si no hay embaucamientos ni complicaciones burocráticas, los emprendedores pagarán razonablemente. Rescatar y relanzar las micro, pequeñas y medianas empresas sería un triunfo resonante para el nuevo gobierno. Esta debe hacerse con sinceridad y transparencia, ayudando en la capacitación tributaria y gerencial, para su reorganización. Vale ahora -más que nunca- el adagio de que es mejor un buen arreglo, que un mal pleito.
Oscar López Reyes
oscarlopezperiodista@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario