Por Lisandro Torres,
periodista y estudiante de término de Sociología.
Al preferir seguir con el padre de sus
hijos, aunque la relación sentimental anduviera mal, para que los menores se
salvaran de posibles maltratos y abusos de padrastros inescrupulosos, quizás
las madres tradicionales no eran masoquistas ni ignorantes, sino conservadoras
y muy sacrificadas.
Con esto no pretendo justificar que las
mujeres aguanten maltratos conyugales para proteger el porvenir de los más
pequeños, ya que, crecer en un hogar biológico infuncional, para un niño es
mucho peor que vivir con padres tacaños, pero cariñosos.
A lo que me dispongo es, a que lejos de
llamarlas anticuadas, valoremos el sacrificio de esas heroínas del pasado que
antes de pensar en ellas, probablemente salvaron muchas vidas inocentes al
aguantar las cascarrabias de jefes de familias, a costa de su felicidad
matrimonial.
Con el paso del tiempo, unas de las
mayores razones de violaciones y muertes de niños dedican en que madres
solteras y con hijos, con frecuencia se casan al vapor con hombres de mentes
enfermas, y viceversa, como ocurrió con la famosa tragedia del niño en España
que una madrastra dominicana terminó matando luego de que el padre de este se
casara con ella.
Hoy en día, el modernismo nos ha llevado
a dar pasos rápidos y ligeros, y si una relación anda mal, a veces padres y
madres se casan con el primer marchante que les pase en frente y les caiga bien
sin importar el riesgo al que exponen a sus hijos de relaciones maritales
anteriores.
Mujeres, no aguanten malos tratos, pero,
como las madres del ayer, antes de formar una nueva familia, de prisa y con un
hombre extraño, piénsenlo y conózcanlo bien, o de lo contrario sigan solteras
por un tiempo. Como las heroínas del pasado, piensen menos en ustedes y más en
sus pequeños.
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