
Alejandro Pilarte.-Jandito.
Por Marcelo Peralta.
Santiago Rodríguez, R.D. Alejandro
Pilarte, ronda los 60 años de edad, los cuales ha disfrutado a plenitud.
Quien visita a Sabaneta
puede ubicarlo como
Jandito.
Jandito.

Alejandro Pilarte y uno de sus hijos.
A pesar de se ergonomía física eso no es óbice para realizar trabajos duros que otros de estatura rehúsan hacerlo.
Es un hombre, honesto,
trabajador.
Un ser humano
excepcionalmente, moderado y profundamente dotado de conocimientos.
Padre ejemplar y muy
observador.
Decente y querido en el
municipio de Sabaneta.
A pruebas ha sido sometido midiendo su coeficiente dando la talla en todas las áreas.
Talentoso y de condiciones
excepcionales y con la nociones de inteligencia.
Su morada está en la calle
Petronila Gau, en el sector La Joya, situado al Sur de la ciudad.
Su comprensión surge de
múltiples concepciones que parten desde la información del sentido común, hasta
propuestas con pretensiones teóricas que lo han sostenido a lo largo de su
existencia.
El padre era apodado Sijito que laboraba en el Ayuntamiento Municipal y en sus horas libres transportaba en su carretilla compras desde los colmados a las casas de los parroquianos para poder equilibrar el sostén económico familiar.
La mayoría de los hermanos
de Jandito alcanzan una media estatura.
Esas limitaciones no han sido obstáculos para hacerse profesionales en diversas ramas del saber.
Alejandro Pilarte, no se
amilana por su pequeño cuerpo y como respuesta asume con valentía y se embarca
en acontecimientos históricos en el contexto del auge de la ciencia.
Abanderado de la
especificidad de las disciplinas que comienzan a producir conocimientos sobre
el sujeto, donde aparecen las técnicas de medición de la inteligencia y con estas
la noción de superdotación personal y familiar.
Demuestra que es los
humanos demostrando la forma como el constructor de la excepcionalidad ha
estado ligado a los tests de medición de su inteligencia que se refleja en la
creencia de que sólo se es excepcional cuando el resultado de la prueba es auténtica
a las características.
Para Jandito no es
sorprendente que el resultado de esa prueba sea para categorizar a individuos personas
identificadas como superdotadas.
Ahí sobran niveles que a
muchos espigados y matodontes les faltan.
Creerse que la noción es un
constructor de la Época Moderna no supone que estas personas no hayan existido
a lo largo de la historia, sino que han sido interpretadas de manera diferente
a como lo hizo la visión científica del siglo XX.
Señala que en la antigüedad
a estas personas se las nominaba sabias.
El sabio se encarnaba en
aquellos que daban un uso original a cualquier arte u oficio.
En aquellos tiempos el
sabio debía tener experiencia, porque no separaba lo teórico de la experiencia,
ni el conocimiento de la ética.
A esa persona se le llamaba
hombre prudente, ya que en aquella época, desde el pensamiento aristotélico, el
saber se orientaba a realizar la perfección y alcanzar la felicidad humana.
Jandito no tiene nada que
envidiarle a un hombre que pida 6 pies o más altura.
El protagonista de esta
lectura es un hombre preocupado por ayudar a su hijo durante en los primeros
años de la adolescencia.
Para él, cada familia tiene
sus formas de pensar y poner en prácticas sus prioridades y cualidades.
Este es el caso de Jandito, un aficionado al deporte, especialmente al baloncesto.
Seguidor del equipo de baloncesto Moisés Género que en el campeonato superior con refuerzos representante al sector La Joya en esta localidad de la Región Noroeste.
Un padre excepcional que se
interesa y desvela por lo que hacen sus hijos.
Vela por el presente y porvenir de sus vástagos.
Pone en movimiento muy
clara la convicción de la dignidad del hombre como hijo de Dios.
Capaz de superar el mal y,
por más funesto que sea trata de superar los escollos que se interpongan en el
camino.
Con su actitud evidencia
siempre que hay que vivir del trabajo y el sudor de su frente los medios que
les sirvan para subsistir.
Todos los sabaneteros
conocen y reconocen a Jandito, hombre de bien, abnegado, verdadero padre de la
familia, honesto, trabajador y depositario de confianza.
A pesar de la ergonomía
física, nunca su le limitó para estudiar.
Se adapta al trabajo como
cualquier otro hombre, al considerar que en cada hombre es propicio el trabajo.
Sus limitaciones físicas y
características no son relevantes para que no pueda avanzar hacia un mejor
porvenir en la vida.
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