"Sin dobleces ni privilegios".

En 42 años de gobierno de Rafael Leónidas Trujillo y Joaquín Balaguer más de 61 mil dominicanos fueron asesinados.


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Gregorio García Castro.  Orlando Martínez        Joaquín Baaguer, presidente 1966 al 1978.

Por Marcelo Peralta

Santiago, R.D.- La historia de la Patria de Juan Pablo Duarte está llena de consecuencias noticiosas, acontecimientos heroicos, memorables, de protagonistas, hechos muchos trágicos que muy pocos, por miedo, conservar sus pellejos, encubrir apellidos de abolengo rehúsa enumerar.

Aunque la historia no lo registra con exactitud, porque muchos historiadores escriben acogiendo el momento y por conveniencia, sin embargo, en 42 años de los gobiernos del sancristobalense Rafael Leónidas Trujillo Molina, del 1930 al 1961 y del santiaguero nacido en el Municipio de Navarrete, quien todavía a los 8 años de edad, no sabía leer ni escribir, quien luego, gracias al cubano Chago Díaz que lo recogió en la comunidad La Lomota, sin saber que Joaquín Balaguer se convertiría en presidente desde el año 1966 al 1978 en que más de 11 mil personas serían asesinadas.

Entre los gobiernos de Rafael Leónidas Trujillo Molina y el de Joaquín Amparo Balaguer, la historia de la República Dominicana que no registra con exactitud acontecimientos de relevancia se calcula que fueron asesinas más de 61 mil dominicanos por cuestiones políticas.

En ambos gobiernos, miles de personas nacidas en su propia tierra, fueron víctimas de terrorismo de Estado, muertes violentas, torturadas, encierros y desapariciones forzosas al ser sacados de su Patria.

De los más de 11 mil asesinatos registrados en  los 12 años de Joaquín Balaguer desde el 1966 al 1978, dos prominentes periodistas, cayeron abatidos en el mes de marzo del 1973 y 1975.

Antes de Balaguer, quien, también fue cómplice por ser parte de su tren gubernamental, en la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, desde el año 1930 al 1961, estiman que más de 50 mil dominicanos fueron víctimas de salvajes asesinatos y más de 25 mil fueron desaparecidas por sus lacayos.

El presidente Rafael Leónidas Trujillo Molina se alió a dictadores de América Latina para perpetrar crímenes contra disidentes dominicanos que estaban en el exilio, porque tenía el Servicio de Inteligencia Militar-SIM-  uno de los más severos y sanguinarios.

Mientras que en el gobierno de los 12 años de Joaquín Balaguer desde el 1966 al 1978 se manipuló la historia del régimen trujillista.

Pero como dicen aquellos grandes recopiladores de datos, de que cuando se tergiversa la historia no sabes quién  es héroe o villano, y se crea especie de nebulosa en la conciencia de la gente.
Durante los 12 años de Joaquín Balaguer fueron asesinados dos de los más grandes críticos periodistas durante el mes de marzo.

En el día 28 de marzo del año 1973 fue acribillado a tiros, el periodista santiaguero Gregorio García Castro –Goyito–, quien a la postre era el jefe de redacción del ya desaparecido periódico Última Hora.

El 17 de marzo del año 1975, se repetía la historia cuando su cuerpo cayó el día 28 de marzo de en un charco de sangre el periodista nativo de Las Matas Farfán, Provincia San Juan de la Maguana, Orlando Martínez.

Causa de la muerte de Goyito.

Goyito siempre se opuso a la reelección de Joaquín Balaguer e hizo siempre fuertes críticas al gobierno en su columna diaria titulada “En Un Tris” en Última Hora.

Condenó los asesinatos de Otto Morales, Homero Hernández, Amín Abel Hasbún, Guido Gil Díaz, Andrés Ramos Peguero y Maximiliano Gómez Horacio –El Moreno–.

Castro nativo de Santiago, fue un periodista brillante y su capacidad lo evidencian en su columna “En Un Tris”, como fueron sus escritores respecto al fusilamiento del pasado presidente de la República, líder de la revuelta de abril del 1965, el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.

Goyito decía en aquel entonces que "quienes celebran la muerte de Caamaño Deñó como un triunfo, que lo hacían por ignorancia política" y que era poco importante que se extinguiera ese foco guerrillero, sino que lo importante fue como impactó ese fusilamiento en la sociedad.

Acotó que "es malintencionado, por parte de los voceros que critican que se lamente la muerte de Caamaño Deñó y no la de los soldados".

Expresó que "humanamente, la muerte de un héroe y de un simple juandelpueblo es igual, pero su repercusión social no es la misma. 

Decía José Martí que así como las montañas rematan en picos, los pueblos rematan en hombres".

"Y que la sociedad es como una colmena, en donde el hombre vale por su ubicación, no por las libras que tenga su cuerpo".

Criticó abiertamente, que se les negara el acceso a los periodistas, en el lugar donde se sucedió el levantamiento guerrillero liderado por Caamaño.

Dijo que el gremio periodístico" tiene la responsabilidad de informar objetivamente, hacer una descripción de los hechos, de las versiones de los que participaron, de cómo sucedió en el caso de Caamaño lo que hizo que se generaran muchas especulaciones y lo peor aún, que se difundieran mentiras.

Goyito fue asesinado por el segundo teniente de la Policía, Juan María Arias Sánchez; los cabos José Rafael Pérez Pérez y Milton de la Cruz Lemos.

Se atribuyó la principal responsabilidad al presidente Joaquín Balaguer.

Juan María Arias Sánchez, murió en la cárcel, pero los demás están libres como si nada hubiese ocurrido, debido a una sentencia clandestina, dictada el 20 de octubre de 1980, sin constituir un tribunal, sin juicio oral, público y contradictorio; sin publicidad, en franca violación al debido proceso.

En el año 2000, el entonces presidente de la Suprema Corte de Justicia, el nativo de San José de Ocoa, doctor Jorge Subero Isa, quien pidió al Procurador General de la República que emitiera un dictamen para que los jueces de la Suprema Corte de Justicia que pudiera conocer el recurso de revisión elevado por la parte civil, lo cual nunca se hizo.

En cambio, en santiaguero Francisco Tadeo Domínguez Brito, Procurador General de la República, comisionó el 16 de abril de 2013 a los procuradores adjuntos Danissa Cruz, Carmen Díaz Amézquita y Ricardo Taveras para que emitan el dictamen.

El asesinato de Orlando Martínez.

Orlando Martínez Howley fue un destacado periodista dominicano, inmortalizado en la historia nacional al resultar víctima fatal de la represión del gobierno de Joaquín Balaguer tras denunciar algunas de las injusticias que se cometían en el mismo.

Nació en Las Matas de Farfán, San Juan de la Maguana, el 23 de septiembre de 1944, con vocación por la Carrera de Comunicación Social decide estudiarla y se destaca tan pronto inicia a ejercerla.

Desde su época de estudiante fue un militante revolucionario.

Fue director de la Revista «Ahora» y columnista del periódico El Nacional.

Por esta razón le resultó imposible quedarse indiferente ante la represión, las injusticias sociales, las torturas, el saqueo de corporaciones extranjeras y la perversidad política que imperó durante los 12 años de gobierno de Joaquín Balaguer.

El trabajo periodístico de Orlando inquietaba, y a la vez irritaba, a Joaquín Balaguer y a sus lacayos.

La claridad de sus exposiciones provocaba urticaria en la piel de los gobernantes, lo que habría llevado al doctor Joaquín Balaguer, delante de algunos de sus acólitos, a decir que ese periodista no lo dejaba gobernar tranquilo.

Orlando se atrevió a hurgar como nadie lo hacía en la política; la personalidad del nativo del Municipio Villa Bisonó, licenciado en Derecho Joaquín Balaguer, en que desentrañó muchas de las incógnitas y enigmas que rodeaban al mandatario.

A través de sus escritos denunció estas realidades; siendo esto lo que le hizo caer en la lista de las víctimas fatales de este régimen. Fue asesinado a tiros un 17 de marzo de 1975 en una calle sin que se supieran quienes eran los culpables.

El doctor Balaguer escribió muchas páginas, y sus discursos llenaron otras, entre ellas las que exigían el esclarecimiento del crimen de Orlando Martínez.

El frío y calculador mandatario, lleno de cinismo llegó a ofrecer una recompensa en dinero a quien diera información que indujera a detectar a los asesinos.

La coraza de este gobernante  fue tal, que luego no quiso escribir una página para señalar datos de quienes asesinaron a Martínez, y la dejó en blanco, en su memoria temprana de 1988, admitiendo que tenía la información respecto a ese crimen, pero prefería dejarla a alguien que le sobreviviría, para que muchos años después dijera quiénes mataron a Orlando Martínez.

El caso se mantuvo impune durante años, hasta que en el 1996, el Presidente Leonel Fernández ordenó reabrir este caso, apresando a cuatro hombres que fueron hallados culpables por esta muerte y sancionados a 30 años de cárcel.

Esos militares de absoluta confianza de Joaquín Balaguer fueron apresados y sancionados por los tribunales dominicanos.

Los enjuiciados 25 años después de ese vil, cobarde crimen e implicados los generales Salvador Lluberes Montás, Joaquín A. Pou Castro.

Orlando Martínez es el símbolo de la libertad de expresión en la República Dominicana.

En su honor, hay murales, bustos y se han nombrado calles del país.



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