
De acuerdo con un documento firmado por Dimitri
Herrera y Mayleen Cabral-Ramírez, el cambio climático hará más frecuente e
intensas las amenazas naturales, en especial los de índole hidroclimáticos por
lo que “para ver un cambio, debemos hacer un cambio” en la manera de usar el
agua en los momentos de lluvias y sequías.
Saludan las acciones ejecutadas por el Estado para
tratar de hacer frente a la presente situación, pero plantean que si no
desarrolla un hábito de conservación y manejo del agua siempre estaremos
expuestos a necesidades que con la construcción de infraestructuras para el
control de los caudales superficiales para asegurar el abastecimiento no
bastará.
“El momento presente, más que de nuevas
infraestructuras habla acerca de las condiciones de las actuales y de los
aspectos que como sociedad hacen que se reaccione al fenómeno poniendo de
relieve la preparación y concienciación acerca de una cultura que haga uso
sostenible de los recursos hídricos”, manifiestan los expertos.
Recuerdan que es cíclico el cambio relativamente rápido de condiciones secas a húmedas en el Caribe, al menos cuando la situación involucra ciclones tropicales.
Rememoraron que el país fue afectado entre 2013 y
2016 por lo calificado “como la peor sequía registrada desde al menos 1950 y
que denominaron la sequía caribeña, porque afecto a todo el Caribe, que causó
pérdidas significativas en la agricultura y escasez en el suministro de agua
municipal en la mayoría de los países de la región”, pero esos efectos fueron
revertidos relativamente rápido por las condiciones húmedas e incluso
inundaciones dejadas por fenómenos como los huracanes Mattews en el año 2016 y María
e Irma en el 2017.
Trajeron a colación el informe del Banco Mundial de
2013 en el cual se advierte que los cambios frecuentes de sequías a lluvias
“dificulta la preparación ya que con la llegada de las lluvias se olvida la
sequía y se perpetúa un ciclo donde no se ve la necesidad de prepararse para el
próximo evento de escasez y a veces
abundancia de lluvia.
Según los académicos, al parecer, las pasadas
experiencias no han sido tomadas como referencia para situaciones similares de
parte de las autoridades responsables de crear políticas acertadas para
enfrentar este tipo de eventos climatológicos que como consecuencia del cambio
climático serán más frecuentes en la región caribeña y por ende en la República
Dominicana.
Los expertos clasifican las sequías en
meteorológica, hidrológica, agrícola y socioeconómica, las cuales están presente
en la actualidad en la República Dominicana ya que llueve, los cauces de los
ríos están secos, los suelos carecen de la humedad requerida para el cultivo y
esto causa daños económicos a productores y consumidores ante la ausencia de
precipitaciones.
De acuerdo con los investigadores en esos cuatro
tipos se “ponen de relieve la complejidad del fenómeno, pero tienen en común
las consecuencias y derivaciones producto de la escasez de precipitaciones, que
aparecen como una constante”.
Recordaron que la actual sequía es la peor en el país
en medio siglo dejando atrás las del trienio 2013-2016, por lo que se hace
necesario que en lo adelante se trabaje en una cultura del manejo eficiente del
agua.
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