POR: GUILLERMO TORRES – Comunicador. Reside en Santo Domingo.
Francisco
Antonio (Ñico) de Lora Cabrera, precursor del merengue típico dominicano,
cumple este lunes 144 años de haber nacido. El virtuoso músico llegó al mundo
el día 14 de noviembre del año 1878.
Mucho se
ha hablado de su fecha y lugar de nacimiento, lo que nos motivó a realizar las
investigaciones de lugar, a los fines de localizar fuentes primarias como base
de sustentación de lo que indicaremos a continuación.
Hurgamos
los archivos de bautismo parroquiales y civiles, donde encontramos su acta de
bautismo, registrada en el libro parroquial número 7 de Santiago de los
Caballeros, acta número 281, Folio número 1933, del año 1979.
En ella
se consigna tanto la fecha de su bautismo como la de su nacimiento, las cuales
citamos como están escritas en el documento antes especificado:
En la
Iglesia Parroquial Mayor de Santiago de los Caballeros a los veinte y cuatro
días del mes de mayo de mil ochocientos setenta y nueve, yo el infrascrito Cura
Rector y Vicario Foráneo Presbítero, Canónico D. Miguel Quesada, bauticé al
niño nacido el 14 de noviembre del año pasado hijo legítimo de Narciso de Lora
y Francisca Cabrera, en Los Guayacanes que lleva por nombre Francisco Antonio.
Hijo de
Juan Bautista y Ana Balbina Chaves a quienes les advertí el parentesco espiritual
y demás obligaciones que contrajeron de que certifico, -Miguel Quesada.
Como se
puede apreciar, Guayacanes es su lugar de nacimiento, que para ese entonces
(año 1878) era una sección de la Común de Guayubín, que pertenecía a la
provincia de Santiago.
Pero
según fuentes testimoniales, Ñico Lora nació específicamente en el paraje
Maizal, que dependía de la citada sección, hoy convertido en Distrito Municipal
del Municipio Laguna Salada, provincia presidente José Desiderio Valverde.
En las
declaraciones de bautismo de la época, se acostumbraba a colocar solo la
sección y no especificaba el paraje.
Conforme
a nuestras investigaciones genealógicas, de la unión matrimonial de los padres
de Ñico Lora, Don Narciso de Lora y Francisca Sinencia (Pancha) Cabrera,
tenemos registrados en actas de nacimiento, de bautismo y de defunciones como
hijos de estos, hermanos de Ñico, a: Pedro María, Miguel Antonio, Marta Loreta,
María, Manuel de Jesús y Ancelma Lora Cabrera.
El
destacado acordeonista, se trasladó a muy temprana edad con parte de su familia
a la comunidad Los Candelones, del municipio Villa Bisonó, mejor conocido por
su antiguo nombre, Navarrete, donde permaneció hasta su muerte, acaecida el día
9 de abril del año 1971.
Sus
restos reposan en el Cementerio Municipal de esta localidad; por tanto, la edad
al momento de su deceso era de 92 años, 5 meses y 26 días, lo que contradice
versiones de que Ñico Lora murió a los 113 años.
Lora tuvo
dos matrimonios: el primero con la señora Ana Felicia Tavares, quien falleció
en Hatillo, el día 26 de octubre de 1936, a la edad de 38 años, según su acta
de defunción y cuya declaración fue realizada en Santiago de los Caballeros,
por su cuñado Pedro María de Lora, hermano de Ñico.
En este
primer matrimonio procreó tres hijos: Oniel Antonio, Rafael y Pedro Antonio,
este último lo acompañó en la música por largo tiempo con el saxofón.
Con su
segunda esposa, de nombre Claudia de Jesús Brito, quien nació en el año 1909 y
falleció el día 5 de agosto de 1992, en Los Candelones, municipio Villa Bisonó,
mejor conocido como Navarrete. De esa unión nacieron 5 hijos: Marta, Talquino,
Lito, Pablito y Brito Lora.
Ñico Lora,
demostró gran destreza tanto para la composición como para la ejecución del
acordeón.
Así lo
demuestran sus merengues dedicados a todo ambiente social, amoroso, cultural,
mágico-religioso y de la vida cotidiana.
Sus
merengues:
San
Antonio, San Francisco, La corrida de Santa Ana, La invasión del 16; Suárez, Ángeles
del Cielo, Los Chávez, El tiro de gracia, Biencito Gómez, La protesta, Me monté
en un carro Ford, El Cometa Harley, Desiderio Arias, Loreta, Merengue de la
última moda, El sitio de los come burros, Mapemba, La viruela, Hatillo Palma,
Las muchachas de Juan Gómez, El telefonema, y Con el alma, son solo una muestra
de la gran cantidad de composiciones suyas.
En Navarrete,
lugar que lo acogió por largos años, hasta su muerte, fue construida la plaza
de la cultura Ñico Lora, como un reconocimiento a sus aportes al folclor
dominicano, a través del merengue típico o perico ripiao, como también se le
conoce a este contagioso ritmo, y de igual forma, como una exaltación a su
larga y fructífera trayectoria en la música popular dominicana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario