Por: Ramón Antonio Veras.
I.- Una broma pesada
1.- Un país como el
dominicano, dominado por la minoría nacional y los intereses extranjeros,
además de estar golpeado por una horripilante miseria, el atraso lo lleva a ser
objeto de burla.
2.- Una chacoteada, más o
menos una broma pesada, es lo que ha hecho el gobierno dominicano, en forma
rimbombante, anunciar la ejecución de un muro en la zona fronteriza con Haití.
3.- Tomarnos el pelo es, ni
más ni menos, anunciar el control de la inmigración haitiana mediante la
colocación de una pared de varilla y cemento en la zona colindante con Haití.
II.- Para detener la
inmigración haitiana, no bastan las verjas, murallas ni vallas
4.- De seguro que el
ciudadano presidente, Luis Abinader, cuenta con muchos asesores en asuntos
migratorios, que pueden explicarle la razón por la cual los nacionales
haitianos llegan al país a vender su fuerza de trabajo.
5.- Las autoridades
dominicanas pueden levantar en la frontera 100 muros, 500 verjas perimetrales,
1000 murallas y un millón de vallas, pero jamás impedirán que los haitianos
lleguen a nuestro país en condición de inmigrantes.
6.- El fenómeno migratorio,
por ser de naturaleza social, es imposible de impedirlo mediante leyes,
decretos, muros o metralletas.
7.- De la misma forma que no
se elimina la corrupción, la pobreza, la prostitución y otras lacras
sistémicas, tampoco la inmigración puede desaparecer con medidas coercitivas,
sin importar que sean materiales o espirituales.
8.- Los nacionales haitianos
están presentes en la República Dominicana, como inmigrantes, por una causa
igual a la que están en Estados Unidos, millones de caribeños,
latinoamericanos, africanos, etc., es decir, por el desarrollo desigual del
país del inmigrante y el que lo recibe.
III.- Recordemos ahora, el
contrato de compra de braceros haitianos, formalizado entre el gobierno
dominicano y el haitiano
9.- Las autoridades
dominicanas, al igual que las haitianas, han manejado el fenómeno migratorio
dependiendo de su conveniencia y las circunstancias. Cuantas veces en nuestro
país ha sido necesaria la mano de obra esclava haitiana, desde las alturas del
poder del Estado han traído inmigrantes a trabajar como bestias.
10.- En los archivos del
Palacio Nacional dominicano, de seguro reposa el contrato de fecha 14 de
octubre de 1978, mediante el cual Haití le vende a nuestro país la cantidad de
15,000 braceros haitianos, a razón de 100 dólares cada uno, para trabajar como
esclavos de nuevo tipo en los ingenios del Consejo Estatal del Azúcar. 1
11.- Conviene precisar que en
el citado contrato, el CEA no tuvo nada que ver en la contratación. El negocio
de los inmigrantes esclavos se formalizó de gobierno a gobierno. En ese momento
no se habló de muro ni de verja perimetral.
12.- La realidad es que
debemos de dejarnos de hablar necedades, puras tonterías para engañar a la
opinión pública nacional y extranjera, con el asunto de los inmigrantes
haitianos presentes en la República Dominicana, al igual como lo hizo el
Gobierno Dominicano cuando denunciamos ante la Organización Internacional del
Trabajo-OIT-, el trabajo esclavista a que estaban sometidos en nuestro país, en
la década del 70, los inmigrantes haitianos.
Ideas finales.
a) Aprovechamos la ocasión
para invitar a todos los interesados en el tema de la inmigración haitiana en
la República Dominicana, a leer en el Archivo General de la Nación, las obras
de nuestra autoría con los títulos Inmigración Haitianos y Esclavitud, e
Inmigración Caribeña y un
Capítulo Haitiano. Además, en
esa misma institución reposa un trabajo inédito en seis tomos en el cual
abordamos el mismo asunto haitiano.
b) Por último, creemos que
una cuestión que encierra humanismo como lo es, en general, el caso del pueblo
de Haití, no es para mezclarlo con patriotería. Toda comunidad humana debe ser
tratada con alto sentido de dignidad.
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