Por: Ramón Antonio Veras.
Introducción
1.- Sin importar las circunstancias, en cualquier momento es un deber
cumplir accionando para cambiar todo aquello que lesiona al ser humano, y mucho
más cuando son violados sus derechos y libertades.
2.- En todo tiempo y ocasión el pueblo dominicano no ha
disfrutado plenamente de la facultad de obrar de una manera o de otra, porque en
determinadas coyunturas la autonomía de la voluntad se ha visto sometida a
controles tiránicos.
3.- Por medio de este escrito expongo la oportunidad que se me presentó
para cumplir con mi deber de hablar en favor del derecho de nuestro pueblo
a ejercer sus prerrogativas.
I.- Por las libertades públicas en un momento de terror
4.- Muchos de los dominicanos y las dominicanas que hoy cuentan con
más o menos cincuenta años de edad, es posible que tengan la creencia
de que desde siempre en nuestro país se han ejercido libremente los derechos y
libertades, pero la historia dice todo lo contrario.
5.- Al momento de graduarme, en 1967, de doctor en derecho y trasladarme a Santiago,
a ejercer la profesión de abogado, el país estaba en una situación sumamente
difícil para expresarse libremente.
6.- Después de la desaparición física de Trujillo, en 1961, en el
país se ejercieron, con altas y bajas, las libertades públicas, hasta que llegó
al gobierno el doctor Joaquín Balaguer en 1966, e implantó un régimen de terror.
7.- Ante la realidad de que la represión contra el pueblo hacía sumamente
difícil su concienciación, orientación y edificación, decidí neutralizar los
métodos represivos llevando instrucción a las masas por medio de
charlas y conferencias, las cuales impartía en distintos barrios de la ciudad
de Santiago de los Caballeros, principalmente en clubes culturales, sindicatos,
gremios y asociaciones de profesionales. Mis exposiciones giraban en torno a la
necesidad de luchar por las libertades públicas, los derechos humanos y otras
conquistas.
8.- He aquí los temas que hace 50 años, en el mes de febrero de 1972,
abordé en diferentes exposiciones, y fueron recogidas en distintos periódicos
de la época:
a.- «Situación de los derechos humanos en la República Dominicana». La
Información, 1 de febrero de 1972.
b.- «Los derechos humanos son letra muerta en República Dominicana».
Periódico El Sol, 2 de febrero de 1972.
c.- «Afirma las libertades son precarias en el país». El Nacional de Ahora,
4 de febrero de 1972.
d.- «Necesidad de la incorporación de los campesinos a la producción». La
Información, 12 de febrero de 1972.
e.- « La prostitución es un subproducto de explotación sistémica». La
Información, 18 de febrero de 1972.
f.- «La planificación familiar y el subdesarrollo económico». La
Información, 22 de febrero de 1972.
g.- «La miseria no es por el aumento de la población». El Sol, 23 de
febrero de 1972.
h.- «La lucha por la liberación nacional exige base ideológica». La
Información, 29 de febrero de 1972.
i.- «Destacar a Juan Pablo Duarte para retener la idea de la libertad». La
Información, 29 de febrero de 1972.
j.- Las indicaciones de las citadas charlas y conferencias están, más
ampliamente desarrolladas, en el libro de mi autoría Ejerciendo la libertad de tránsito y la libertad de expresión, en
el Capítulo V, página 130.
II.- Un episodio
edificante para nuestros jóvenes
9.- La finalidad de referirme hoy a las charlas y conferencias
impartidas hace 50 años, es infundir inspiración, llevar entusiasmo a los
jóvenes para que hagan estimación de lo que significa vivir en un ambiente
de libertades públicas.
10.- En el año 1972, nuestro país vivía momentos aciagos, porque en
cualquier lugar hacia acto de presencia una funesta banda de asesinos,
diligentes y rápidos para ejecutar un crimen en la persona de un opositor al
régimen de turno.
11.- El estado terrorífico bajo el cual se ejercía la libertad de
expresión en 1972, se puede identificar como de miedo muy grande porque causaba
espanto.
12.- Exponer en un espacio abierto el tema de los derechos
humanos, sin saber si dentro del público se encontraba o no un matón, era
motivo de turbación, daba qué pensar, se creaba la duda de si continuar la intervención
o salir al galope.
13.- La juventud dominicana de hoy debe ejercer las libertades públicas a
plenitud y con mucha intensidad, pero con el convencimiento de que
está haciendo uso de prerrogativas por las cuales nuestro pueblo se ha sacrificado
en las diferentes ocasiones que el poder del Estado ha sido ejercido en forma
odiosa, despótica y abiertamente avasalladora.
14.- Ahora, se ve bonito que el pueblo dominicano se deleite, manteniéndose
regocijado y sanamente divertido con el disfrute de sus libertades, y no
permita que vuelvan a ser burladas, como 50 años atrás.
15.- A nuestros jóvenes que hagan uso de la libertad, pero con acatamiento
y consideración a los demás; honrando las normas éticas y morales, cuidando no
lesionar a otros con acciones pecaminosas que deslustran honras bien ganadas.
Ideas finales
16.- Cincuenta años nos separan de aquel período tenebroso de la vida
política del país, superado por el accionar de las masas populares dominicanas,
las encargadas de escribir las páginas más gloriosas de nuestra lucha
democrática.
17.- El espacio de tiempo que ha transcurrido, desde el año 1972 hasta
ahora, debe servir para reflexionar en el sentido de que debemos darles a las libertades
públicas contenido social, profundizando las reivindicaciones más sentidas por los hombres y mujeres del pueblo.
18.- Se impone demostrar que bregamos para que los derechos y libertades no
estén en la Constitución como conceptos vacíos, sino como objetivos a alcanzar
en los marcos de la liberación de la opresión material y espiritual que sufre
los pobres.
19.- Los hombres y las mujeres que en este país hacen causa común con los
que carecen de lo indispensable para vivir, deben continuar luchando para abrir
más y más espacio de libertades públicas, hasta hacer posible crear las premisas
materiales para que el verdadero pueblo disfrute de reales y efectivas
libertades.
20.- Por último, como en 1972, todos aquellos que creemos en un futuro mejor para el país, debemos mantenernos abrazados a las mejores causas sin importar lo complicada que sea la época.
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