Por más dietas milagro y
planes de adelgazamiento exprés que lleves a cabo, lo único que debes tener
claro es lo básico: comida sana y equilibrada y ejercicio regular.

Para que
engañarnos, si quieres ver reducir la grasa del abdomen la zona de frutas y
verduras del supermercado debe ser tu favorita.
Uno de los platos más
comunes al que casi todo el mundo recurre cuando trata de bajar peso es la
clásica cena a base de ensalada.
Desde las más simples
(lechuga, tomate y cebolla), a las más elaboradas (canónigos, nueces, quizás
algo de queso o bien rúcula), son muy sanas y saciantes, pero también pueden
ser absolutamente aburridas.
Dietistas como Tracy
Lockwood, quien lleva toda la vida asesorando a clientes y personas para que
cumplan sus objetivos de adelgazamiento, tiene la fórmula para disfrutar de los
vegetales sin cansarte.
En su opinión, lo mejor
será que intentes cocinar los ingredientes de la ensalada para que estén más
sabrosos y todo sea más fácil y agradable.
«No es necesario ingerir una ensalada fría
para estar sano», asegura, en un artículo de ‘The New York Post’.
Una de sus clientas, Julie
Buchenholz, una mujer de 33 años de edad natural de Nueva York, dejó de comer
este plato cargado de vitaminas y fibra el año pasado, cambiándolo por
albóndigas de pollo con guarnición de verduras, pizzas de coliflor y fideos vegetales.
Perdió cuatro kilos y medio
en diez semanas. No es demasiado, pero si tus metas no son muy altas no está
nada mal.
Lo único que necesitas es
agregar a los vegetales una serie de carbohidratos saludables, como lentejas,
quinoa o cereales integrales.
Cada vez hay más
restaurantes en Estados Unidos que están cambiando sus menús para satisfacer
las demandas de aquellos que quieren comer sano, aunque eso no implique ingerir
hortalizas crudas.
«Nuestros clientes nos
piden que creemos una categoría de menú hecha solo para aquellos que están a
régimen pero que quieren comer bien, y no de forma insípida», asegura Nick
Marsh, CEO de la cadena Chopt, quien el año pasado se especializó en ensaladas
cocinadas y panes integrales.
Además, hay que tener en
cuenta que si solo te alimentas a base de ensaladas, tus digestiones no serán
muy buenas y probablemente tengas la sensación de estar hinchado o con gases.
«Muchas personas no pueden
digerir adecuadamente la ensalada o los vegetales crudos y se sienten muy
llenos después de comer», explica Molly Lee, una nutricionista residente en
Vancouver al medio estadounidense.
«Muchas veces los que ingieren demasiadas
verduras crudas no se sienten saciados y acaban pegándose un atracón justo
después».
Otro de los detalles a
tener en cuenta es el tema de las porciones: no comas demasiado, no te infles.
Llegados a este punto, para
Christine Avanti, una dietista de Los Ángeles, cree que lo único que necesitas
es agregar a los vegetales una serie de carbohidratos saludables, como
lentejas, quinoa o cereales integrales. «Es automático», certifica.
«Cuando mis clientes
comienzan a hacer esto, la pérdida de peso es inminente».
Otra opción es decantarse
por una dieta cetogénica, la cual consiste en ingerir grasas saludables y
proteínas en carnes y pescados cocinados a la plancha.
Eso sí, no te olvides de
asar o cocer verduras para la guarnición.
Al menos ya no tendrás que
comerte los tallos de lechuga sin más y los platos te quedarán mucho más
sabrosos. Incluso, podrás olvidarte de que estás haciendo dieta.
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