
General José Acosta Castellanos.
Por Marcelo Peralta.
La necesidad de agradar a
los demás es una forma natural del General de la Policía, José Acosta Castellanos.
La tendencia
natural de este humilde, educado, sincero, valorado, tratos y lazos
afectivos con las personas que les rodean, los lleva a la necesidad de agradar
a los demás.
Esta actitud es fundamental
de socializar, en cierto modo, puede ser positivo, que favorece las relaciones personales
y las interacciones.
Cuando los intentos de
agradar a los otros son excesivos, superan las propias necesidades, “gustos”, “intereses”;
pero molestan a los “egocentristas” a
quienes les ocasionan ronchas y actúan en perjuicios de los que tienen
habilidades de actuar agradar a los demás.
Hay personas que pasan
tiempo, dedican esfuerzos en conseguir agradar a los demás, tratan de dar buena
imagen, ser aceptados, valorados, queridos, propósitos que nunca obtienen, lo
que los llevar a frustrarse y con sus obsesiones, dañan conductas de personas “honorables”
que llegan a límites muy peligrosos.
Existen personas que no
tienen aceptación social, son enfermizas haciendo “daños” contra quienes poseídos
de “carismas naturales”, conquistan corazones, gustan a los demás, y eso
ocasiona molestias a los “envidiosos”, caen en depresión muy peligrosa, que los
llevan a tener graves consecuencias, porque tienen su baja autoestima.
El General Acosta
Castellanos es uno de esos seres humanos que es aceptado por la sociedad y por
eso los “envidiosos las hacen daños” en su positiva labor como oficial policial
en donde quiera lo envían a prestar servicios.
Hay
que tener presente que al final de nuestras vidas, no importa cuántos años
vivimos, sino en cuántos nos sentimos vivos.
Se
imponen que el General Acosta Castellanos piense menos; que haga más, porque la
vida hay que hacerla, no pensarla.
Que
viva cada instante como si fuera el último; todo parece ser difícil y que la “trama
y la traición que les han tendido”, la Justicia Divina hará que les sea más
fácil.
Los
problemas de la vida se maduran, los éxitos obtenidos durante su carrera les
darán humildad, y los fracasos que otros les provoquen permitirán avanzar
y vivir en paz.
La mejor manera de vivir
por la eternidad es saber disfrutar cada instante al máximo, y lo logrará por dios, por su familia y por cada
una de las personas que han confiado en usted General Acosta Castellanos.
Indefectiblemente tenemos
que vivir en un espacio “asquerosos, entre personas con mentes llenos de cucarachas
y sin cerebros”, pero tenemos que vivir.
Vivamos el presento,
desatando las ataduras del pasado y mirando las riendas hacia el porvenir.
Que si algo no te gusta, tú
tienes el poder de cambiarlo en él porvenir, no lo olvides.
Quienes te han hecho daños,
recuerda que los cargos no son eternos; que la muerte algún día vendrá por
nosotros; así que hay que empezar a vivir la vida de la manera en que nos
sintamos vivos plenamente.
Es bien sabido que cuando
alguien nos traiciona, la cabeza se llena de “pajaritos” pensando en el que
dirán; nos olvidamos de que es la única oportunidad de hacer lo que siempre
quisimos; y no es más grande aquel que nunca ha fallado, sino quien a pesar de
haber fallado nunca se rindió.
Mi General les aconsejo que
su felicidad solo depende de una persona, “de usted mismo”.
Sin importar si ganamos o
perdemos, debemos saber que lo más importante en la vida es saber que dimos
todo lo que teníamos con sinceridad.
Que siempre que pongamos el
corazón en algo, esa cosa florecerá.
Empecemos a hacer las cosas
como nos la dicta la conciencia, jamás por dinero, por tener fama, una posición
jerárquica, sino para ser recordados por lo que hemos hecho a favor de los
demás.
Usted tiene un “Don Divino”,
por lo que sobresale ante los demás ciudadanos.
Todos los que conocemos su
forma de actual los apoyamos.
Pero hay muchos que siguen
como los bebes en este mundo, nunca crecen y por eso son “mediocres” y “frustrados”
y por eso no pueden avanzar.
Agradezca a Dios cada
momento que estás viviendo, ya que no sabemos cuándo esos “traidores” se conviertan
en un simple recuerdo.
La verdad siempre sale a
luz, pero hasta entonces debemos seguir luchando y no con palabras sino con
acciones.
Vale la pena vivir por
aquellos seres vivos que confiamos en usted, porque son la prueba fiel de la
esperanza.
Extraño resultaría para
aquellas personas dañinas como el momento en que más quieren vivir es cuando
estas a punto de morir.
Su vida general Acosta
Castellanos es como un lindo viaje que no sabes lo que les puede esperar, pero
sin duda vale la pena el riesgo.
Hay que ser como las
estrellas que, aunque parece que desaparecen en la noche oscura ellas se
esfuerzan por brillar con todas sus fuerzas.
Siempre pensé que el amor
era solo entre personas, pero estaba realmente equivocado, porque el amor lo
puedes sentir hasta con el ser más pequeño de este mundo.
Mientras
alguien, mi General Acosta Castellanos lo salude con respeto, tenga fe que siempre
tendrás fuerzas para seguir adelante y si amas a alguien con todo lo que tienes
tendrás más coraje para avanzar.
Siempre que esté positivo
de sus actuaciones, cosas buenas que pasan en su vida, tendrás más para
agradecer.
El enemigo para avanzar en
la vida es el ego, porque es como el cáncer que mata sin que nos demos cuenta.
Usted, mi General Acosta
Castellanos, haces la vida de alguien muy especial, por sus esfuerzos y le
sugiero que mientras soñemos, no debemos dejarnos llevar por las ilusiones,
sino poner acciones que nos acerquen a esos sueños.
No digas todo lo que
piensas sino, medite todo lo que digas; no nos distraigamos viendo el árbol,
cuando tenemos un hermoso paisaje.
La forma en que vivimos con
la conciencia limpia, nos llena de alegría y libertad.
No es el tono lo hermosa
que puede ser una canción, sino a quien le recuerda esa canción.
Es importante que mientras
hagas lo que es importante para usted, nunca perderás el tiempo.
Se impone que si nos
esforzamos con todo lo que tenemos no importa si ganamos o perdemos, porque el
esfuerzo es la prueba de la victoria.
Muchas personas cada vez
que ven una gota de agua caer se olvidan del océano de donde vino.
Y aunque parezca que no
tenemos nada, que estamos acabados, tenemos cosas muy importantes que es
nuestra familia, a Dios, y a las personas que confiamos en usted y eso basta
para conseguir lo que queremos, porque mientras exista alguien en quien confiar
tendremos la fuerza para seguir adelante.
Muchos se desmoronan al ver
que un día termina y el sol se oculta, pero no se dan cuenta que si no
desapareciera el sol no podríamos ver lo magnífico que son las estrellas.
Amar no solo significa
quererse, sino comprenderse.
Avancemos, siempre que sea
adelante; no importa que tan bueno sea el exterior de un fruto, sino sabemos
apreciar el interior.
¡Saludos mi General Acosta
Castellanos!.
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