
Por Marcelo Peralta
Santiago. R.D. Job García Hurtado, es un
joven perseverante, quien perdió la visión a los 3 años de edad, quedó huérfano de padre a los 4 años.
A pesar de las limitaciones visuales, estudió, se hizo abogado y ahora es juez en el Palacio
de Justicia de Santiago.
Nació el día 22 de junio del
año 1984 en el Distrito Municipal de Hato del Yaque, al Suroeste de la ciudad Santiago
de los Caballeros.
Creció en el ensanche
Gregorio Luperón.
Oriundo del Distrito
Municipal de Hato del Yaque, una comunidad situada al suroeste de la Provincia Santiago.
Perdió la visión cuando apenas
tenía 3 años.
La causa esencial fue ser afectado de atrofia del nervio óptico y retinitis.
Quedó huérfano a los 4 años
de edad, cuando falleció su padre, el jornalero Pedro Juan García quedando al
cuidado de su madre Doña Juana Hurtado.
A pesar de estar privado del sentido de la vista estudió.
Hizo los cursos de los
niveles Básicos y de Media con normalidad.
Ingresó a la Universidad a
estudiar la Carrera de Derecho.
Sus ilusiones eran la de
ser Defensor Público, sin embargo, obstáculos se lo impidieron.
Una amiga de confianza lo
anima a participar en el concurso para juez de paz, al que aplicó.
Se graduó de Licenciado en
la Carrera de Derecho en el año 2011.
Designado en el cargo de Juez
en el 2016 después de superar con creces el psicométrico.
Su perseverancia conlleva a
superar retos y desafíos.
Entró a la Escuela Nacional
de la Judicatura en el mes de junio del 2014, donde logró graduarse.
Lo
nombraron en Montecristi.
Fue designado en el cargo Oficial
fue como Juez de Paz con sede en el Municipio San Fernando Provincia
Montecristi en la Región Noroeste.
No obstante, por las
necesidades que había en la Provincia de Santiago fue escogido como Juez
itinerante, posición que decidió aceptar.
García Hurtado fue llevado
al Área Penal en la ciudad Santiago de los Caballeros.
Tras un tiempo decidió
elegir trabajar en el Tribunal Laboral.
Ha trabajado en el área de la
liquidación de expedientes para evitar la mora.
La cantidad de expedientes
que conoce depende de las necesidades que haya de suplir.
García Hurtado tuvo que
romper barreras y estigmas a fin de demostrar que carecer de visión no es una
limitante para avanzar.
Confiesa que son minoría las
personas con discapacidad que tienen que luchar con el entorno y en ocasiones
hasta con la familia.
Exigencias y
cuestionamientos.
Aunque ser juez se le exige
más.
Señala que hay gente que se
han cuestionado con los dos defensores públicos no videntes.
Dice que el juez está en
una posición de principalía en un Tribunal, siendo el foco de atención,
ya que dirige la audiencia.
Expone que la persona tiene
que ser independiente y luchar por lo que quiere, siendo persistente hasta
lograr sus objetivos.
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