Violencia y accidentes acaban con República Dominicana

Por: Marcelo Peralta

Santiago, R.D.- A veces hay historias trágicas que parten a cualquiera, porque llegan al  fondo del arma sin que surjan esperanzas y asegurar un porvenir mejor.

La tragedia se registró en el sector Los Robles y las víctimas son la señora Marisela Rodríguez Marte, de 51 años; su hija Mailyn Arianny Marte, de 26 años, madre de tres hijos menores de edad.

También, en ese tragedia resultó herido Franklin Ruiz Inoa y el autor de esas tragedias es el segundo teniente Juan Luis Jiménez, de 40 años.

Ante la actual vorágine debería actuar, tratar de cambiar la vida de muchas familias, intensificar métodos efectivos y combatir esos males.

Nadie está preparado ante una tragedia de tanta dimensión de la ocurrida en La Vega, cuando un segundo teniente de la Policía mató a su esposa, la suegra; hirió un hombre y el asesino huyó. 

La dama había vivido entre suplicio, depresión por la actitud de su esposo que complicó la existencia.

Ella y su madre fallecieron a causa de disparos, lo que acabó moral afectando varias familias.

La vida de esas dos damas se desenvolvió entre torturas a las que se acostumbró a soportar por temor, al final sucumbieron.

Ese doble crimen no pedía tener otro desenlace, ya que su verdugo maquinaba la forma de empezar de cómo deshacerse de la vida de la mujer, la madre laceró a miembros de la familia.

Es inhumano y sorprendente la friolera de asesinatos quedando niños y niñas huérfanos.

La sociedad no está consciente, pierde la esencia de vivir y deja de poner en práctica modales y costumbres.

Hay desafíos, impactos entre ciudadanos sorprendente debido a la cantidad de mujeres asesinadas por esposos y exparejas.

Debería existir desde el gobierno alternativas que contribuyan a “aliviar sufrimientos” por las penosas situaciones surgidas.

Crear un sistema que integre a la sociedad, garante de simplificar procesos formativos, trámites efectivos con asesoramiento, intercomunicación, entre sectores, población y autoridades.

El objetivo esencial,  fundamental es buscar la unidad familiar, reducir la mortalidad causada por violencia, accidentes de motocicletas a causa del desenfreno social y vehicular.

Estás acciones siniestras de violencia, accidentes de motocicletas que socavan a la sociedad llenando de luto hogares.

Debe haber requerimientos desde las entrañas del poder,  creando alternativas, iniciativas orientadas a reducir esas muertes.

Encauzar herramientas, nuevas esperanzas, crear proyectos motivadores, innovadoras garantizando niveles de conciencia, porque calles, carreteras, cementerios están llenos de cruces de jóvenes en edades reproductivas asesinadas por la violencia y accidentes.

La idea, es hacer formato, para concientizar y consolidar la juventud.