
"Los
animales se están muriendo de hambre, de desnutrición.

Tampoco
se puede cultivar porque no hay agua para regar.
Estamos
en un punto crítico, no aguantamos más".
Su
querido valle de Colliguay, en la región de Valparaíso, solía ser un lugar
verde, con flora nativa y árboles, como el quillay y el peumo.
Hoy,
sin embargo, nada de eso se ve en los alrededores de su casa.
En
vez de pasto, hay tierra y los pocos arbustos parecen caerse a pedazos.
La
triste realidad que enfrenta Aldo no es aislada.
Lo
mismo está ocurriendo a las familias de 7 regiones de Chile, desde el
norte de Atacama a la región del Ñuble, en el centro sur del país.
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