RAFAEL PERALTA
ROMERO
Con las elecciones
realizadas el 20 de junio y la
culminación en una segunda etapa a efectuarse el próximo miércoles 4 de julio,
la Universidad Autónoma de Santo Domingo inicia la renovación de autoridades a
todos los niveles.
El cambio de personas
en los puestos directivos ha de traer un
cambio de actitudes en relación con lo que ha pasado en la cuatricentenaria casa
de estudios de trece años hacia acá.
La doctora Emma Polanco,
rectora electa, ha prometido ese cambio, a fin de que cese el criterio
clientelista que ha conllevado una
hipertrofia en la nómina del personal administrativo de la academia estatal.
Hubo un tiempo en que la forma de la UASD escoger sus empleados fue el modelo
perfecto. Todo era por concurso, hasta
el nombramiento de un chofer, pero eso
quedó atrás.
Polanco cuenta con
suficientes conocimientos en materia administrativa y financiera, pues esa es
su área profesional y de enseñanza. Se le supone conciencia plena de la necesidad de sanear económicamente la institución. Es indispensable
evitar el mal ejemplo de los últimos rectores predecesores.
No sabemos qué
aspiración tenga la nueva rectora para cuando salga del puesto en el año 2022, pero sí sabemos que su
gestión puede servirle para que la
sociedad dominicana la conozca y la valore por su eficiencia y capacidad de resolver problemas.
Que aspire a lo que quiera, pero que se promueva sobre la base del manejo responsable de la
institución puesta a su cargo.
Detener la inclusión de
empleados innecesarios es un deber ético de las nuevas autoridades, que
encabezará la rectora junto a cuatro vicerrectores que serán elegidos el
próximo miércoles. Pero autoridades son también los decanos, los directores de
escuelas y los de centros universitarios regionales. E incluso, los delegados
de gremios de estudiantes, profesores y empleados.
La gestión que se estrena el 16 de julio tendrá a su favor
afinidad de puntos de vista respecto de la cuestión universitaria. Los
profesores Antonio Medina y Pablo Valdez
compiten solos por la Vicerrectoría de
Extensión y por la Administrativa,
respectivamente, tras el retiro caballeroso de los profesores Ramón Rodríguez y
Ramón Desangles.
El doctor Mauro Canario,
del quipo de Polanco como los anteriores, obtuvo el 40.34 de la votación cuando
ocho académicos corrían por la Vicerrectoría de Investigación y Posgrado.
Va
seguro. La Vicerrectoría Docente luce
algo reñida, aunque el profesor Alejandro Ozuna (41.13 %) supera ligeramente al
doctor Wilson Mejía, del conjunto Editrudis, quien obtuvo en la primera ronda el 40.19 por
ciento.
Esperamos que el nuevo
equipo pueda sacar la UASD del atolladero y restablecer su menoscabado respeto ante la comunidad nacional. Ese
patrimonio del pueblo bien merece un esfuerzo en tal sentido. ¡Adelante!
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