Las 900 mil municiones robadas por oficiales de la Policía tiene valor de 250 millones de pesos ya que la unidad cuesta entre 280 y 300 según el calibre característica de la bala.
Comerciantes de municiones, armas de fuego, pertrechos militares indicaron que el número de balas sustraídas de depósitos de la Policía supera la demanda civil y por demás la capacidad de suministro de las armerías locales.
Gran parte de las municiones robadas fue traficada y comercializadas en Haití, detalla una misión de la Organización de Estados Americanos en Haití que diera la voz de alerta a las autoridades dominicanas, al detectar el poder de algunos pandilleros estaban en envases identificados como de la Policía.
La red de criminales de la Policía implicados son capitanes: subintendente Juan Miguel Pérez Soler; responsable del Depósito de Armas, Municiones y Pertrechos; Nelson Valdez el auditor Víctor Manuel Santos Rodríguez.
Figuran segundo teniente Marino Antonio Rodríguez Toribio, armero de la Dirección Regional Cibao Central, de ser parte de una estructura criminal dirigida por el coronel Narciso Antonio Feliz Romero, encargado de Custodia de Armas y Municiones.
El sargento mayor Miguel Ángel Gómez Espaillat, el cabo Juan Luis Díaz Medina, los rasos Rubiel Martínez Escobar y Moreibin Medina Pérez y la implicada Miguelina Bello Segura, pieza clave en la parte operativa de la organización criminal desmantelada mediante la operación Pandora.
Hasta el momento se desconoce en qué tiempo y el modo miembros de la Policía lograron sustraer las 900 mil municiones de depósitos de la Intendencia de Armas.
De acuerdo con la Ley 631-16, que regula el Control y Registro de Armas, Municiones y Material Relacionado, las compras estatales y de particulares de municiones, armas y pertrechos militares y policiales deben trasladarse desde las aduanas a las Fuerzas Armadas para su registro y entrega.
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