Bomberos marginados, olvidados, criticados, demandados y mal remunerados.
Por Marcelo Peralta.
Santiago, R.D. Cuando el héroe de la Restauración de la República, General Gregorio Luperón, creó el día 8 de mayo del año 1880 mediante el decreto número 1851 los Cuerpos de Bomberos, jamás se imaginó que su iniciativa, al día de hoy día sería una “entelequia” a pesar de su importancia.
Este decreto se convirtió en Ley al ser promulgada el día 29 de junio del 1912 y los primeros Cuerpos de Bomberos comenzaron a funcionar en las ciudades Santo Domingo, Santiago, La Vega, Puerto Plata, Montecristi, San Pedro de Macorís, Cotuí, Azua, El Seibo y Baní.
Al asumir la presidente de la República en el año 1893, el General Ulises Heureaux, nombró al Coronel Ángel Perdomo para organizar un cuerpo de bomberos que funcionaría en la Dirección General de Aduana, empezando a agrupar la juventud, impartir charlas sobre cortesía y disciplina militar.
Su excelente trabajo superó al ejército
de la época y el presidente de la República General Ulises Heureaux lo ascendió
a General.
En la actualidad, los Cuerpos de Bomberos del país a traviesan por situaciones deprimentes, debido a que la sociedad y las autoridades les han dado la espalda.
Esos abnegados hombres y mujeres son mal pagados, no saben qué día de cada mes
recibieran los míseros centavos, sus familiares viven en precarias condiciones,
envueltos en graves problemas de salud, económica, entre otras limitaciones.
Existe
en el país la cifra de 165 Intendentes de los cuerpos de Bomberos en el país
que, a pesar de las grandes limitaciones, tratan de hacer un eficaz trabajo a
favor del pueblo.
Históricamente,
evidencian a los honorables miembros de los Cuerpos de Bomberos el sobrenombre
de “apagafuegos” y “rescatistas”, quienes reciben salarios peores a quienes
realizan jornadas agrícolas en los campos; mientras otros son voluntarios.
Contrario a la República
Dominicana, en otros países a los miembros de los Cuerpos de Bomberos se les
reconoce por su altruista labor, y a la vez tienen una alta cualificación
física y técnica en el manejo en la extinción de incendios en edificaciones y
forestales.
Asisten a labores en
situaciones de urgencias, inundaciones, caída de árboles, incendios de diversas
especies en que sus vidas están en latentes riesgos.
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