
Diógenes Marino Gómez lleva 30 años demandan
justicia y se la han negado.
Por Marcelo Peralta.
Santiago, R.D.- Por una arbitrariedad política y un
abuso judicial convirtieron a un próspero empresario a un mendigo digo
callejero sin comida, techo, deterioro de la salud, abandonado y adormir en el
patio de una Funeraria.
Se trata de Diógenes Martínez Gómez, quedó en la
miseria total, al punto de que perdió a la familia, casa, dinero, credibilidad,
pasa hambre, desnudez, soledad, desigualdades, vicisitudes sociales y ni siquiera en donde comer ni dormir tiene.
Tenía contratos de arrendamientos multimillonario de
los hoteles del Estado siendo todos cancelados las licencias de operación de
sus empresas a partir de 1986.
Una larga carga llega en sus hombres que son sus 80
años de edad, a pesar de que una vez fue de los hombres más ricos de la
República Dominicana.
En la actualidad, deambula por las calles de Santo
Domingo sin un peso en los bolsillos, exigiendo, con todo su derecho, que el
Estado lo indemnice por las pérdidas sufridas.
Antecedentes y sacrilegio:
La historia de Diógenes Marino Gómez, se relaciona
con lo político y judicial cuyo caso ande de Tribunal en Tribunal hace 30 años.
Gómez era un empresario turístico entre los años
1970 y 1980 y dueño de la empresa
constructora DIMARGO.
Desde el paraje Ojo de Agua provincia Hermanas
Mirabal en la Región Nordeste desde donde se fue a la capital a los 14 años en
la cola de un camión.
Comenzó a usar zapatos a la edad de 14 años por la miseria
en que vivía su familia le impedía tenerlos.
En la capital, Diógenes Marino Gómez, ese joven
lleno de esfuerzo y disciplina de limpiar vidrios de vehículos en las calles a
manejar millones den moneda dominicana y norteamericana.
Su primer empleo fue en la empresa Producto Auténtico Nacional Mexicano- PANAM-
fabricante de calzado deportivo creada en el año en 1962 y debido a su
comportamiento y trabajo constante ascendió de posición.
Fundó su propio negocio y más tarde se convirtió en
el propietario del emporio comercial llamado Empresas Dimargo, S. A. que reunía
un grupo de 27 empresas que incluían operadoras de turismo, hoteles, clubes
vacacionales, flotilla de autobuses, una línea aérea, agencias de viajes, entre
otras.
Su prosperidad era tal que llegó a tener una nómina
de más de 2 mil empleados, un capital de 200 millones de pesos, en una época en
que la tasa de cambio era de 1.49 pesos por dólar.
En el año 1985 la razón social de las Empresas
Dimargo, S. A. firmó con el Estado el contrato de arrendamiento del Hostal
Nicolás de Ovando localizado en la Zona Colonial en la ciudad de Santo Domingo.
Diógenes Marino Gómez, invirtió la suma de 23.6
millones de dólares en la remodelación del Hostal Nicolás de Ovando localizado
en la Zona Colonial rescatando su estructura y el entorno.
En “fatídico error” de Diógenes Marino Gómez fue
negarse a colaborar en la campaña electoral en 1986 a favor del Partido
Reformista y su candidato presidencial Joaquín Balaguer.
Una comisión del PRSC fue a la oficina de Diógenes
Marino Gómez a solicitar 50 mil pesos para la promoción de la campaña del
candidato Joaquín Balaguer quien se negó a darle los 50 mil pesos, los echó de
su oficina y les dijo que era seguidor del PRD; que ayudaba al candidato Jacobo
Majluta y que simpatizaba por el doctor José Francisco Peña Gómez.
Desde ahí comenzó su calvario de Gómez, porque los
detalles de ese episodio llegaron a oídos del líder reformista Joaquín Balaguer
quien en venganza inició un demoledor plan que Diógenes Marino Gómez jamás que lo
llevaría a ,la situación que hoy día vive.
Cuando el día 16 de agosto de 1986 tomó posesión
como nuevo presidente de la República el Doctor Joaquín Balaguer, y a partir de
ese día empezó el ajuste de cuentas contra Gómez y la empresa Dimargo que se ha
mantenido hasta el día de hoy.
La venganza inicio cancelar todas las licencias de
operación de las Empresas Dimargo, S. A.; rescisión de los contratos de
arrendamiento de los hoteles del Estado que manejaba dicho grupo empresarial a
pesar de que estaba al día en el pago de sus impuestos y la persecución de todos
los bienes propiedad de Gómez.
El 12 de marzo de 1987, a Diógenes Marino Gómez, el gobierno del PRSC
le propinó la estocada mortal cuando le rescindió el contrato de arrendamiento
del Hostal Nicolás de Ovando, que era el último entres las Empresas Dimargo, S.
A. y el Estado dominicano.
Fue ahí donde la Corporación de Fomento a la
Industria Hotelera y Desarrollo del Turismo (CORPHOTELS), en nombre del Estado,
demandó a Empresas Dimargo, S.A., en nulidad de contrato de arrendamiento,
demanda que fue acogida y se ordenó el desalojo del inmueble.
Esta sentencia fue recurrida en apelación por
Empresas Dimargo, S. A.
El recurso fue rechazado por la Cámara Civil y
Comercial de la Corte de Apelación de Santo Domingo mediante la sentencia número 175 de fecha 16 de septiembre de 1992.
Volvió a ser recurrida en Casación por Empresas
Dimargo, S. A., y en fecha 25 de febrero de 1998 la Suprema Corte de Justicia
la envió el asunto por ante la Cámara Civil de la Corte de Apelación de San
Pedro de Macorís.
Este tribunal le dio la razón a Dimargo y dejó sin
efecto la demanda en nulidad de contrato interpuesta por el Estado Dominicano.
Se ordenó "el inmediato restablecimiento a
favor de las Empresas
Dimargo. S, A, en la tenencia del denominado Hostal Nicolás de Ovando, habida cuentas de que el contrato de arriende en el cual ésta justifica sus derechos aún se mantiene vigente, con todos sus efectos y consecuencias".
Dimargo. S, A, en la tenencia del denominado Hostal Nicolás de Ovando, habida cuentas de que el contrato de arriende en el cual ésta justifica sus derechos aún se mantiene vigente, con todos sus efectos y consecuencias".
La decisión judicial fue recurrida en Casación por
el Estado Dominicano.
En fecha 6 del mes de agosto de 2015, la Suprema
Corte de Justicia casó la sentencia y remitió el caso a la Cámara Civil y Comercial
de la Corte de Apelación del Distrito Nacional.
Aún al día de hoy el caso judicial no se decide a
favor de Diógenes Marino Gómez.
Este ha recurrido para que le devuelvan el Hostal
Nicolás de Ovando y su respuesta ha sido la expulsión de ese lugar.
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