
Las ambiciones del ser humano son tan extremas que los diseñadores y constructores de la iglesia de la Plaza Roja en Rusia quedaron tan bien que el zar Iván el Terrible mandó a sacarle los ojos para que no hicieran otra igual o parecida a esta estructura.
Por
Agencias y Rusis Beyond.
Desde
la Basílica de San Pedro, con capacidad para 60 mil personas, pasando por la
genial e interminada Sagrada Familia y llegando a la Catedral rusa de San
Basilio, que Napoleón no pudo volar por los aires.
Estos
son los 7 lugares de culto más icónicos del mundo entre ellas la Basílica
de San Pedro (Roma, Italia)

Con
la maravillosa e imponente cúpula que domina los tejados de Roma, es el corazón
del cristianismo. Es la mayor de las basílicas papales de Roma y se
encuentra entre las mayores iglesias del mundo.
Construida entre
1506 (bajo el papado de Julio II) y 1626 (durante el pontificado del papa
Urbano VIII) domina la plaza San Pedro, que no se terminó hasta 1667 y es la
obra más maravillosa de Gian Lorenzo Bernini.

El
gran arquitecto realizó la imponente columnata lateral, compuesta de
284 columnas de orden dórico y coronada por 140 estatuas de santos de más de
tres metros de altura.
Subiendo
por la escalera de acceso de la basílica, restaurada por Bernini, se
accede al pórtico, con cinco entradas dispuestas a lo largo de sus 71 metros de
largo. El pórtico y la fachada fueron realizados por Carlo Maderno.
La
Basílica en su interior sorprende por su arquitectura barroca y
su capacidad para 60.000 personas.
Es
sublime, en la nave derecha, la famosa Piedad de Miguel Ángel, grupo
escultórico de mármol dotado de una expresividad sin igual que el artista
realizó a la edad de 23 años.
Símbolo
de San Pedro y de toda la ciudad de Roma es la inmensa cúpula, una
imponente obra proyectada por Miguel Ángel y terminada, tras su muerte,
por Domenico Fontana y Giacomo Della Porta.
Situada
en el punto más alto de Estambul, Santa Sofía define la panorámica de la
ciudad. Sus cuatro minaretes y su cúpula de más de 30 metros de
diámetro son la imagen más característica de la metrópolis turca.
El
10 de junio de 1926, el maravilloso arquitecto fue atropellado por un
tranvía y falleció un día después. El 12 fue enterrado en la capilla
del Carmen de la cripta del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, donde aún
hoy reposan sus restos.
Este
impresionante proyecto dio como resultado una obra arquitectónica única,
que fusiona el estilo gótico internacional con la arquitectura tradicional
lombarda.
A pesar
de sus grandes dimensiones, el interior del Duomo de Milán es acogedor.
Saltan
a la vista los hermosos y coloridos vitrales que representan escenas
de la Biblia y reflejan una luz etérea sobre el piso de la iglesia.
Actualmente
es posible descender por la escalera de mármol hasta el Tesoro de la
Catedral para ver y apreciar los objetos paleocristianos y
románicos.
También es posible subir al techo de la catedral para admirar
una espectacular vista de la ciudad.
El
Duomo de Milán es una de las catedrales católicas más grandes del
mundo. Tiene 157 metros de longitud, 11.700 m2 y una capacidad
para 40.000 personas.
Catedral
de San Basilio (Moscú, Rusia).
La
iglesia de la Plaza Roja se construyó entre 1555-1561 por orden del
zar Iván el Terrible en conmemoración de la victoria sobre Kazán, que tuvo
lugar el día de la Protección de la Madre de Dios.
Llamaron
a la iglesia “catedral de la Intercesión de la Virgen junto al foso”, en
referencia a su ubicación junto al foso el que sirvió de defensa del Kremlin
hasta 1813.
Hay
una versión que afirma que el templo simboliza a Jerusalén y otros dicen
que los arquitectos intentaron reconstruir la iglesia de San María de las
Blanquernas de Constantinopla, donde tuvo lugar el milagro del manto de la
Virgen, cuando cubrió con su manto todo el mundo cristiano durante una batalla
contra los musulmanes. Sus paredes están decoradas con piedras
preciosas.
La iglesia de la Plaza Roja se
construyó entre 1555-1561 por orden del zar Iván el Terrible (Bloomberg).
La
Catedral es un conglomerado de nueve pequeñas
iglesias interconectadas a través de galerías y pasadizos.
En el siglo XVI
este lugar se utilizaba para conservar el tesoro del zar y los ahorros de
los habitantes más pudientes de la ciudad.
Tras
un incendio en 1595, se coronó con refinadas cúpulas que se pintaron
de diferentes colores en el siglo XVIII. El nombre del templo está dedicado
a un santo moscovita que poseía la virtud de ver el futuro y previó el
incendio de 1547, tras el cual quedó destruido casi un tercio de Moscú.
Casi
toda su vida se sometió a privaciones.
Iba siempre sin ropa ni calzado,
independientemente del tiempo que hiciera y tampoco tenía techo.
Tras
la canonización de Basilio en 1588, se añadió la décima iglesia a la catedral,
adonde se trasladaron sus reliquias.
Existen
varias versiones sobre quién es el autor del conjunto arquitectónico. La más
extendida es que fueron los maestros Barma y Postnik.
Según la
leyenda, Iván el Terrible ordenó cegar a los arquitectos responsables de tal
belleza arquitectónica para que no pudiesen repetir el proyecto ni tampoco
hacer uno que fuese mejor.
Según la leyenda, Iván el Terrible
ordenó cegar a los arquitectos de la Basílica de San Basilio, responsables de
tal belleza arquitectónica, para que no pudiesen repetir el proyecto ni tampoco
hacer uno que fuese mejor (Bloomberg).
Existe
otra versión que afirma que el templo fue construido por un maestro italiano
que trabajó en el Kremlin moscovita.
En
1812, cuando el ejército francés estaba abandonando Moscú, quería hacer
volar la catedral de San Basilio, pero no tuvieron tiempo.
A
finales de los años 20, se decidió derribar el templo, pues al joven poder
soviético le molestaba “un edificio de culto” en el mismo centro de la ciudad.
El
arquitecto y restaurador Piotr Baranovski defendió el edificio y llegó a
enviar un telegrama a Stalin.
Como
consecuencia se detuvo el derribo, pero Piotr sufrió la represión por ser
“antisoviética”.
En
1990 el edificio pasó a formar parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
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