Tristeza en Santiago Rodríguez por muerte del empresario Coito Pilarte.

Era hombre de valentía, fuerza, arrojo, padre, esposo ejemplar, lleno de sentido común, solidario, admirado por sus acciones positivas.

Por: Marcelo Peralta 

SABANETA, Santiago Rodríguez, R.D.- Don Félix Antonio Pilarte Cruz-Coito-, de 79 años de edad, próspero empresario vinculado a la construcción de viviendas ha dejado de existir a causa de problemas renales.

Recibía tratamiento en el Hospital Metropolitano de Santiago-HOMS- cuando este martes se despide este mundo terrenal,  dejando una familia noble, impronta y ciudadano ejemplar.

Coito era hombre de honorable solvencia moral, trabajador, hombre de familia, nativo del popular barrio La Joya, aunque su morada estaba ubicada en la comunidad Puentecitos, parte Este de la ciudad de Sabaneta donde tenía su casa y empresa.

Nadie se imagina el dolor que embarga a la familia Pilarte y Jiménez, al perder un ciudadano de la estirpe de Coito Pilarte.

Su ida a destiempo obedece a enfermedad  corporal que padecía desde tiempos atrás.

Allegados y la sociedad que lo vio nacer, crecer y ahora ven despedir al infinito pasan por el sufrimiento de enterrar mañana miércoles a un ciudadano innato que atravesó duro trance, difíciles, insoportables momentos a causa de sus dolencias corporales.

Ha sido llamado a la viña del Creador del Universo, su personalidad ni siquiera el paso del tiempo curará esa herida honda y profunda que causa en corazones de quienes trataron en vida.

La ciudad de Sabaneta ha perdido a un hijo noble, acrecentado en el trabajo, entregado a la familia que deja huérfana.

Son pocas las personas que al enterarse de su deceso no pudieron evitar la emoción de escalar lágrimas de sus ojos.

Sentimientos y planteamientos de congojas emiten hombres y mujeres de Sabaneta asombrados al enterarse de la ida a destiempo de Coito Pilarte.

Su cuerpo inerte yace dentro del frío ataúd en la Funeraria Santa Clara de las calles Pedro Thómas y José Marte y mañana miércoles se hará misa de cuerpo presente para llegado el tiempo bajarlo al sepulcro y dar el adiós final de este globo terrenal.