Un tribunal de Austin, Texas, condenó a 208 años de prisión efectiva a Prakashanand Saraswati por abusos sexuales y gracias a una fianza de 11 millones de dólares recobró la libertad.
Cruzó la frontera con México, se perdió definitivamente el rastro y a sus 94 años de edad el Interpol lo sigue buscando.
Decía había escrito diez libros y contaba con seguidores en India, Inglaterra, Irlanda, Singapur, Nueva Zelanda y Australia.
Contó que pasó veinte años en el Himalaya y en algunos bosques de la India para alcanzar a niveles más profundos de meditación a pesar que era un vil engaño.
Se cree sigue vivo en un lugar del planeta, hoy tendría 94 años y suman 12 los que llevaría prófugo para evitar una condena de 280 años de prisión por abuso sexual infantil y abuso de mujeres, dictada en ausencia por un tribunal texano el 25 de abril de 2011.
Ni el FBI, que lo tiene en su lista de personas buscadas, ni Interpol ni la policía de la India, su país natal, saben dónde está.
Se sabe que huyó desde los Estados Unidos a México en marzo de 2011, después de que su abogado lo disculpara por no presentarse el día de la sentencia del juicio en su contra. La excusa fue razones de salud.
Estaba en libertad bajo una fianza de 200 mil dólares a la espera del juicio y la justicia le había retenido el pasaporte para evitar que se escapara, algo que no funcionó.
La última hipótesis que manejaron las autoridades federales
estadounidenses es que, después de esconderlo durante unos meses en México, algunos
discípulos que aún le eran fieles le consiguieron un pasaporte falso y lo
subieron a un avión con destino a la India, donde literalmente se esfumó.
Tenía por entonces 82 años y todo el aspecto y los gestos del típico maestro espiritual hinduista.
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